POSADAS. Quienes tienen la suerte de adentrarse en las venas rojas que surcan la vegetación misionera conocen la increíble sensación de respirar frescura, la misma que el artista apostoleño Ignacio de Lucca supo reflejar en la estación de subte de la línea B Leandro N. Alem, en Buenos Aires.Allí recibe a los pasajeros con hojas, flores, ramas, células, nubes, ríos, plantas, rizomas y semillas de acrílico en una paleta intensa, todo colores y naturaleza, que pintó cuando el servicio de trenes no descansa, por la noche.La idea nació de un proyecto colectivo que busca poblar de arte estos espacios tan transitados de la ciudad y que para De Lucca significó “un viaje por la materia. Quería inyectar naturaleza, color y luz en la grisura subterránea de la urbanidad”. “Tengo, mantengo, el ojo de chico de provincia. La mirada ingenua de pueblo, que es una mirada de asombro permanente ante la complejidad de la urbanidad”, supo explicar a los medios nacionales, haciendo clara alusión a su Apóstoles natal, donde nació en 1960.“Cuando me propusieron la intervención pensé en tres etapas del proyecto. La primera fue una pintura in situ, con acrílico, dos murales de seis metros por uno aproximadamente, en el hall de acceso a los andenes. Para la segunda instancia, en la que se trabaja actualmente, se planificaron dos murales cerámicos (conformados por 400 baldosas pintadas con esmaltes sintéticos y pigmentos) llevados a un nivel de abstracción bastante importante. Tomé algunos elementos reconocibles, el color y la paleta de Misiones, el predominio y el contraste del rojo de la tierra y el verde de la naturaleza como base y el azul del cielo”, detalló el artista, discípulo de Noé y Bazán.Muy pronto en MisionesAllá por 1997 Ignacio de Lucca comenzó a llevar su obra a múltiples exposiciones individuales y colectivas, tanto en Buenos Aires, como Resistencia, Misiones y Estados Unidos, donde estuvo radicado algunos años.Y, según adelantó a PRIMERA EDICIÓN, muy pronto, el 12 de marzo próximo inaugurará una muestra en el Centro del Conocimiento, donde permanecerá un mes, para luego viajar a Oberá, a la sala de la Unam.





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