POSADAS. Sufrían en silencio un verdadero calvario. Una violencia que no sobrepasaba los muros de la casa pero que estaba allí, presente en el día a día. Una serie de maltratos psíquicos y físicos “invisibles” quizás para vecinos y familiares, pero que significaban una pesadilla para las víctimas. Hasta que la historia tuvo un final que por fortuna terminó bien. Por fortuna porque, en los casos de violencia de género, raras veces suelen salir sanas y salvas las mujeres involucradas. Este último hecho salió a la luz el pasado viernes en una vivienda de barrio Hermoso (al sur de Posadas) y resultó detenido un sujeto de 52 años, a quien la Policía le incautó un arma de fuego, más precisamente un revólver calibre 38 con varios proyectiles que estaban al parecer entre sus pertenencias. Este individuo fue acusado por su pareja y por su hijastra de maltratarlas en forma reiterada durante quince años. El pasado viernes a la tarde, una joven de 28 años denunció ante la comisaría Octava -que tiene jurisdicción en la zona- que su padrastro agredió físicamente tanto a ella como a su madre, de 52 años, tras lo cual se marchó de la vivienda que compartían en el mencionado complejo habitacional. Según relató la muchacha, los maltratos sucedían desde hace años, lo que llamó la atención de la guardia que recepcionó la denuncia en la Octava.Ese mismo día, ya en horas de la noche, los uniformados montaron una vigilancia preventiva frente al domicilio de las víctimas hasta que el sujeto irrumpió en el lugar, en aparente estado de ebriedad y profiriendo amenazas. Durante la jornada de ayer, en la continuidad de la investigación del hecho, los efectivos secuestraron el mencionado revólver además de seis cartuchos y tres vainas servidas, las cuales estaban en el interior de la vivienda que compartían los involucrados.





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