EL SOBERBIO. Con bombos y platillos, el Estado entregó el último sábado 110 viviendas para los damnificados por las inundaciones tras la crecida del río Uruguay en junio, que casi arrasaron esta localidad. El caso es que hubo más de 300 familias censadas que perdieron todo a causa del agua y, después de seis meses, se entregaron sólo 110 casas y además de calidad evidentemente muy precarias. Están hechas en madera, y como se ve en las fotos, quedan espacios entre los listones. Además, los sanitarios están cubiertos de durlock, no con azulejos. Fueron pintadas sólo por fuera, no por dentro, porque en el interior no tienen cubierta alguna y la madera queda expuesta, así como las ranuras que dejan ver el exterior. El mueble de la cocina tiene un espacio para la bajomesada, todo en madera, pero no tiene el mueble. Allí, después de haber pasado por la traumática experiencia de perder todo y de que las aguas del bravo Uruguay se hayan llevado el trabajo de sus vidas junto con sus recuerdos y tal vez las pocas pertenencias que tenían, ahora deberán adaptarse a estos pequeños espacios con muchas falencias y terminaciones horribles. Las casas prefabricadas están ubicadas en la zona donde antes era la pista de aterrizaje de El Soberbio, a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad. Tienen una superficie de 30 metros cuadrados con dos habitaciones, una cocina comedor y un baño. El terreno es de 10×25 metros. Para estas construcciones se contó con la colaboración del Gobierno nacional, que conjuntamente con el Estado provincial debían dar asistencia a las más de 8.000 personas damnificadas en toda la costa del Alto Uruguay. Pero, así como después de seis meses de la catástrofe recién se entregaron 110 casas no muy bien terminadas, tampoco llegó la ayuda para los emprendedores turísticos, comerciantes e industriales de El Soberbio, que se quejaron por sentirse “abandonados” por el Estado.





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