POSADAS. Casi tres meses después, Guillermo Barboza (24) rompió el silencio. El principal acusado de haber matado de 17 puñaladas a Alejandro Acosta (22) en plena avenida Corrientes de Posadas finalmente contó su versión de los hechos ante la Justicia, donde dijo no recordar el momento del salvaje ataque y aseguró que esas fallas en su memoria podrían deberse a que minutos antes en un local nocturno la víctima o alguien “le puso algo” en la bebida que tomaban.Esa fue la primera declaración oficial del imputado por el crimen ante el magistrado Fernando Verón, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas. Se llevó a cabo en los últimos días de la semana pasada y PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso mediante sus fuentes.Después de abstenerse a declarar durante su primera presencia ante Verón, Barboza solicitó semanas atrás la ampliación de la indagatoria a través de su abogado, el letrado Mario Ramírez, flamante titular de la Defensoría Oficial de Instrucción 3 de la capital provincial.Ante la Justicia“Guille”, tal su apodo, dijo que en la madrugada del viernes 26 de septiembre salió a divertirse primero rumbo a un local nocturno tropical emplazado sobre la avenida Cabred de Posadas, como solía ser su costumbre.Sin embargo estuvo allí poco tiempo, ya que en determinado momento decidió trasladarse al boliche de calle San Lorenzo casi La Rioja, en pleno microcentro de la capital provincial. En ese lugar, al que asistía por primera vez, comenzaría todo.Barboza aseguró que en ese local nocturno se encontró con Alonso, quien era conocido suyo y compartía la noche con “Tolo” Acosta, la víctima, a quien al parecer no reconoció como tal esa noche.El imputado narró que en determinado momento le dio dinero a Alonso para que comprara champán en la barra del boliche. Fue en ese momento que quedó sólo por primera vez con Acosta.Entonces, siempre según sus dichos, el joven le preguntó si sabía quién era él. Barboza asegura haber buscado en su memoria, pero sin respuesta. “Yo soy el hermano de….”, dice que le respondió la víctima, tras lo cual agregó el nombre de una mujer con la que Barboza habría tenido una relación previa.El acusado dice que pese a esa respuesta no pudo ubicar en sus recuerdos a Acosta. Sin embargo, asegura que notó cierta tensión en la manera en la que hablaba. Por eso cuando Alonso, el amigo en común, regresó, le pidió que por favor no volviera a dejarlo solo con él. “No seas boludo, no te va a hacer nada”, habría sido la respuesta de Alonso, que entonces se retiró a otro sector del boliche.Víctima y victimario volvieron a quedar a solas. Barboza aseguró entonces ante la Justicia que comenzó a desconfiar de Acosta y que por eso le pidió para no compartir el mismo vaso, pero el muchacho insistió y “Guille” no tuvo más remedio que beber del mismo recipiente. El imputado asegura que minutos después Alonso regresó a la escena y que ya se sentía muy mal. Le pidió que lo acompañe al baño. Después los recuerdos se hacen engorrosos, le contó a Verón.Y fue entonces que apuntó contra la víctima, al asegurar que sospecha que en ese vaso que supuestamente compartían quizás Acosta o el propio Alonso agregaron algo a la bebida que le cayó mal y que le hizo perder la memoria. Por eso recuerda poco y nada. Y apuntó sus sospechas a que nunca antes había estado en ese estado por beber champán.Tomó el cuchillo y se fueBarboza aseguró luego que la siguiente imagen que pudo retener lo tiene a él como víctima de una serie de golpes propinados por Acosta, sobre la avenida Corrientes, varios minutos antes del desenlace fatal.“Guille” relató que Acosta le tiró un golpe de puño, él respondió de igual manera y “Tolo” volvió a asestarle una “piña”, por la que cayó al piso. Ahí Acosta, siempre según su relato, lo pateó varias veces. Rememoró entonces que ahí recogió su teléfono celular y escapó de la escena a la carrera con destino a la casa de Héctor “Brasilero” De Oliveira (30), a quien mientras tanto llamaba por celular.Lo último que asegura recordar Barboza es llegar a la casa de “Brasilero” y ver la puerta abierta. Notó que su amigo se estaba cambiando. Corrió hacia una mesa en la que observó un cuchillo y lo tomó. Después, todo vuelve a ser nebuloso.Y la imagen final que se le vino a la cabeza ante el juez es de alrededor de las 7.30 de ese día: acababa de bañarse y salía rumbo a la casa de su madre cuando un grupo de efectivos policiales lo detuvo en plena calle.Saña inexplicableEl relato de Barboza ya forma parte del expediente que se sustancia en el Juzgado de Instrucción 3 bajo la carátula de “homicidio”, por la que se encuentran imputados el propio “Guille” y De Oliveira, aunque este último recuperó la libertad en razón de que habría tenido una participación secundaria.El episodio ocurrió alrededor de las 6.40 del viernes 26 de septiembre sobre la avenida Corrientes y Marcelo T. de Alvear, a una cuadra de Centenario. Generó conmoción en virtud de la saña con la que actuó el autor.Fueron varios transeúntes y automovilistas quienes no podían creer lo que observaban en plena vereda oeste. Allí un joven acribillaba a puntazos de arma blanca a otro. La víctima resultó ser Alejandro “Marula” o “Tolo” Acosta (22), quien murió a los pocos segundos, después de pedir clemencia de manera infructuosa.Efectivos de Homicidios montaron entonces un veloz operativo que permitió llegar hasta Barboza y De Oliveira, domiciliados a no más de 300 metros de donde fue hallado el cadáver.El testimonio del testigo clave y del resto de los que observaron la escena fue determinante y apuntó directamente contra Barboza, quien recibió la prisión preventiva por el hecho y continúa detenido a disposición de la Justicia.





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