POSADAS. Computadoras de escritorio, notebooks, netbooks, teclados, impresoras, mouse, CPU y teléfonos celulares. Todos estos dispositivos en desuso son los que un grupo de siete jóvenes de esta ciudad está acopiando para reciclar y, en los casos posibles, reutilizar armando nuevas computadoras a base de partes que aún funcionen.“Por el momento, estamos reuniendo computadoras y también celulares. Las vamos desarmando para luego enviar a Buenos Aires y Rosario (Santa Fe), donde los reciclan”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Cristian Salas (35), egresado del instituto Janssen y uno de los creadores del proyecto. Destacó la gran cantidad de impresoras que llegan, porque su vida útil es muy corta.De toda esta “basura”, separan y acopian para reciclar las partes de hierro, acero, chapa galvanizada (del gabinete de la CPU) y plástico. Volando altoLuego de dos exitosas campañas en las que lograron recolectar una tonelada y media de plástico, el equipo de trabajo vuela más alto aún, ya que busca poder desarrollar una planta recicladora en Misiones, donde por el momento no la hay. Además, en la medida que puedan aumentar la capacidad de procesar (desarmar) los equipos que reciben, también buscarán ampliar el rubro a electrodomésticos en general. “Por ahora no tenemos mucho espacio donde guardar, por eso estamos realizando algo bastante artesanal, pero la intención es generar una cooperativa”, dijo y resaltó que con partes de computadoras que sí funcionan lograron armar dos PC que donarán a la Penitenciaría, donde están realizando cursos de informática. Algunas partes -los motores- las usan para armar creativos elementos electrónicos.El equipo de trabajo se completa con los estudiantes de Ingeniería Electrónica, Marcelo y Claudio Blanco, Lucas Domínguez (técnico electrónico), Cinthia Salzwedel (estudiante de Administración de Empresas), Karina Litwiñiuk, quien se encarga del diseño de la comunicación en las campañas, y Leandro Noveyra (estudiante de Contabilidad). El origen del proyecto“Todo comenzó como un hobby. Fuimos a un taller de computadoras y pedimos una placa (plaquetas verdes integradas por chips) y nos ofrecieron un montón que ya no usaban. Entonces nos dimos cuenta de la cantidad de basura electrónica que se produce en la ciudad”, recalcó. Fue así que comenzaron a pensar la idea, contactarse con los acopiadores locales y con las empresas recicladoras de otras provincias. Ahora sueñan con lograr una cooperativa y se han vinculado con las iniciativas de reciclaje que se promueven desde la Cámara de Diputados. Minería urbanaEn una casa de reparación de computadoras hay mayor concentración de metales valiosos como oro, cobre y aluminio que el que puede encontrarse en un espacio de iguales dimensiones en una zona minera. Por eso se denomina “minería urbana” a la tarea que realizan los acopiadores de estos metales, muchos de los cuales son peligrosos y ponen en riesgo el ecosistema de los lugares donde son depositados. Con la intención de reducir los residuos que ya no se usen en casa, la oficina o la escuela y poder reciclarlos o reutilizarlos, este equipo de jóvenes invita a acercarlos a su centro de acopio.





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