POSADAS. Al menos dos criminales, fuertemente armados con pistolas nueve milímetros, sorprendieron a los propietarios de una agencia de quinielas y “Rapipago” y después de obligarlos a tenderse en el piso, se alzaron con una suma estimada en 64 mil pesos.Antes de darse a la fuga, habrían encerrado a las víctimas en la parte posterior del local. Luego subieron al Volkswagen Bora del dueño del negocio, Alejandro López, para desaparecer sin dejar rastros.El atraco se produjo el martes, alrededor de las 21, en la agencia de quinielas 236, situada en avenida Urquiza, casi Lavalle.A eso de las 23.30, la Policía encontró el coche abandonado, en inmediaciones de las calles Chile y 133A, consignaron desde el departamento Prensa de Jefatura.El violento robo ocurrió el martes, a las 21, horario de cierre de atención al público, cuando arriban los últimos vendedores a rendir el dinero de las apuestas.Al parecer, era costumbre que una de las vendedoras, mientras los dueños hacían el cierre de caja, se sentara a jugar a la maquinola.La tradición se repitió ese día, con una pequeña y a la vez, gran modificación. Alejandro López, uno de los socios propietarios del local, se olvidó de poner llaves a la puerta de acceso.La vendedora de la maquinola se retiró del local y dos minutos después, uno de los asaltantes asomó la cabeza en la puerta haciéndose pasar por un ocasional cliente.Un segundo, tan sólo eso, fue suficiente para que apuntara a la cabeza del agenciero, exigiéndole que se arrojara al piso.Alllí intervino en escena el cómplice, que redujo rápidamente a Melisa Mateu, la otra trabajadora de la casa de apuestas. Con el camino liberado, los asaltantes se apoderaron de los 64 mil pesos en efectivo, del celular de la mujer y escaparon en el VW Bora de Alejandro López. Dos robos con idéntica modalidadPOSADAS. La similitud en el accionar de los delincuentes, fuertemente armados y por sorpresa, parece desvelar a los investigadores. En sólo cinco días asaltaron dos locales de “Rapipagos” y se alzaron con más de 100 mil pesos de recaudación.Una arista llamó poderosamente la atención de los detectives. En ambos casos los asaltantes obligaron a las víctimas a tenderse en el suelo, algo poco usual en estos lares.Hay diferencias, claro que sí. En el primer caso, ocurrido el jueves pasado, en una agencia de cobros ubicada en calle Entre Ríos, entre San Lorenzo y Colón, los ladrones actuaron con los rostros cubiertos; aunque llevaban pistolas nueve milímetros, como en el atraco de avenida Urquiza casi Lavalle.HorariosOtra diferencia sustancial es el horario en que se produjeron cada uno de los asaltos.El de la semana fue al filo de las 13.30 y el del martes, a las 21. Pero hay una coincidencia. Ambos ocurrieron al cierre de las actividades, con pocos clientes o apostadores.Al menos hasta anoche no había novedades respecto de la identidad o paradero de los responsables.En los dos casos interviene el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, consignó una de las fuentes vinculadas al rumbo de las averiguaciones. Una pistola en la cabeza y “tirate al piso”El hombre asomó la cabeza en la puerta y con inconfundible acento porteño preguntó al propietario del local, que se disponía a cerrar: “¿Tenés chip Personal? “¿No?, entonces tirate al piso”.La secuencia tuvo la velocidad de un relámpago, fue como un latigazo. Mientras lanzaba esas palabras, el desconocido apuntó su nueve milímetros a la cabeza de Alejandro López.En ese instante ingresó el cómplice, quien portaba una pistola de similares características y no tuvo problemas en reducir a la colaboradora de la agencia.Ni bien se apoderaron del dinero, del que gran parte correspondía al cobro de impuestos y otros servicios, uno de los maleantes gritó “dame las llaves del coche, dame las llaves del coche”.Así se subieron al VW Bora de López y escaparon en dirección a avenida San Martín.Al parecer, escaparon hacia la zona oeste, porque el vehículo apareció abandonado en inmediaciones de las calles Chile y 133A.





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