POSADAS. Esta larga historia la comienzan Teófilo Zurdel y su señora, Silvia. Ambos, preocupados por la salud de uno de sus nietos, decidieron hacer una promesa e ir hasta Itatí en bicicleta. Lo hicieron, acompañados por un pequeño grupo de sesenta ciclistas que fueron a cumplir sus propias promesas y a agradecer sus bendiciones. Años después de esa travesía, realizada en 1981, Silvia fue a La Placita y encontró allí una imagen de la Virgen María. Para poder comprarla, junto a vecinos y amigos, realizó ventas de empanadas, de rifas y de todo aquello que ayude a juntar fondos para hacerse con la imagen. Lo logró y cuatro años después, la imagen entronada en un carrito ya encabezaba la salida que comenzaba a hacerse tradicional. Este año se realizará la trigésimo tercer peregrinación a la ciudad de Itatí, en Corrientes, con esa misma imagen y el mismo espíritu que movilizó a la familia Zurdel. Marcelo Prochaska, uno de los organizadores de la peregrinación, invitó a toda la ciudadanía en general a que se acerque con su bicicleta el próximo sábado a las 4.30 en la zona de la Rotonda para agradecer las infinitas bendiciones de la Virgen María. “Vamos todos impulsados por la fe y con el mismo pensamiento. Llegar a la casa de Mamá María para lo que vamos a hacer, no tiene explicación, no podemos poner en palabras. Por más que uno intente explicarlo, se tiene que sentir. ¿Cómo puede ser que estemos dos días en bicicleta y tengamos las fuerzas para llegar? No lo haces si no tenés fe y eso es algo que se trasmite de peregrino a peregrino”, aseguró Prochaska sobre lo que sucede en momentos como ese, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.El recorridoTodo el contingente de bicicletas, que según números estimados superará las 27 mil este año, sale desde la Rotonda de Posadas y hace la primera parada en Ituzaingó. No obstante, se detienen cada veinte kilómetros, donde aprovechan para realizar oraciones y reagruparse con aquellos grupos que se encuentran más adelante o van quedando más atrás. La noche la pasarán en Ita Ibaté, para continuar viaje el domingo por la mañana y llegar pasado el mediodía al ingreso de Itatí. “Cuando llegamos a la entrada, nos recibirá el Padre Feliciano y se realizará allí una misa para los peregrinos en bicicleta. Luego, ese mismo día por la noche se realizará la tradicional serenata a la Virgen. Cada viaje es una sensación diferente, cuando ves la Basílica y la expresión de fe es algo increíble, la gente llora porque se está desahogando de lo que en realidad es el logro cometido y la fe que moviliza”, subrayó.La vivencia de SergioA Sergio Molettini, de 61 años, los demás peregrinos lo conocen como “Charly García”. Su historia es emocionante. Un día se levantó por la mañana y notó ciertos oscuros en su visión. No tardó en ir al médico, quien le diagnóstico una futura ceguera y le dijo que se vaya a su casa porque no había mucho por hacer. “Un día me desperté a la mañana y le dije a mi mujer que había una abeja en la punta de la cama, ella me respondió que cómo podía ser si yo no veía, pero ahí estaba la abeja. Al momento, la vi a la Virgen María sentarse al borde de mi cama”, declaró “Charly”. Tiempo después veía, por milagro de la Virgen. No sólo eso, pintando una iglesia en Villa Cabello se cayó y terminó en silla de ruedas. “Hoy estoy pedaleando y agradezco a los amigos que rezaron por mí, el año pasado cuando entré a la ciudad tiré muletas, tiré todo”, relata emocionado. Cierra la charla con la misma frase que se escucha en todos los peregrinos por estos días: “Nos vemos el sábado a las 4.30”.





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