BERLÍN, Alemania (Agencias y diarios digitales). La vigésima medición del Índice de Percepción de Corrupción a nivel global que realiza Transparencia Internacional (TI) puso de manifiesto, una vez más, que en gran cantidad de países encuestados aún queda mucho por hacer en materia de transparencia y lucha contra la corrupción. Entre ellos se encuentra la Argentina, que volvió a obtener una mala nota cayendo de posición en los rankings global y regional.El estudio anual de la Organización No Gubernamental (ONG) establece un ranking según el puntaje obtenido entre 0 y 100 puntos entre 175 países sobre el nivel de percepción de corrupción en el sector público. La tabla se elabora a partir de las opiniones de expertos sobre la temática en el sector público con encuestas realizadas entre empresarios, dirigentes, analistas y diversas entidades sociales.Se puede obtener un buen resultado cuando existen mecanismos de gobierno abierto a través de los cuales el público puede exigir que sus líderes rindan cuentas, mientras que una mala puntuación evidencia un contexto donde prevalece el soborno, los actos de corrupción quedan impunes y las instituciones públicas no dan respuesta a las necesidades de los ciudadanos.Dinamarca se ubicó como la nación con mejor reputación, con una puntuación de 92; mientras que Corea del Norte y Somalia compartieron el último lugar, con apenas ocho puntos.Más de dos tercios de los 175 países incluidos en el Índice de Percepción de la Corrupción 2014 obtuvieron una puntuación inferior a 50, en una escala de 0 (altos niveles de corrupción) a 100 (bajos niveles de corrupción).Algunos de los descensos más marcados, de entre 4 y 5 puntos, fueron China (36 sobre 100), Turquía (45) y Angola (19), a pesar de haber tenido un crecimiento económico promedio de más del 4% en los últimos cuatro años.La corrupción es un problema en todas las economías, y hace necesario que los principales centros financieros en la Unión Europea (UE) y Estados Unidos actúen de forma coordinada con economías de rápido crecimiento para impedir que los corruptos se salgan con la suya, indicó ayer la organización contra la corrupción.El índice pone de manifiesto que, cuando líderes y altos funcionarios abusan de su poder para usar fondos públicos en beneficio propio, el crecimiento económico se ve minado y los esfuerzos por frenar la corrupción quedan frustrados, señaló José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional.La organización impulsa actualmente una campaña a nivel mundial para “desenmascarar a los corruptos”, que exhorta a la Unión Europea, Estados Unidos y países del G20 a seguir el ejemplo de Dinamarca y crear registros públicos que permitan saber con certeza quiénes verdaderamente controlan cada sociedad o son sus beneficiarios finales.La regiónVenezuela es el país más corrupto de la región, mientras que Uruguay es la primera nación de América latina en aparecer en el ranking global.El informe de la ONG -con sede en Berlín-, indicó que la corrupción se mantiene estancada en América latina, sin que se hayan registrado notorios avances ni retrocesos.“El que no haya grandes cambios no es una buena noticia”, manifestó Alejandro Salas, director regional para las Américas de Transparencia Internacional, al comparar la situación actual de la corrupción en la región con respecto a la de 2013 y 2012.En promedio, los países latinoamericanos se ubican cerca de la mitad de la lista que califica a los países según una escala que va del cero -equivalente a una percepción elevada de los niveles de corrupción- al 100, que representa la transparencia.“La calificación promedio de 40 quiere decir que la corrupción es sistemática, está muy impregnada en el estado”, explicó Salas sobre la transparencia en la región.Con 19 puntos cada uno, Venezuela y Haití están entre los 10 países con sectores públicos más corruptos en todo el mundo, a la par de Yemen, Angola y Guinea-Bissau, aunque superados por Irak, Afganistán y Sudán.En el caso de Venezuela (puesto 161), Paraguay (150), Nicaragua (133) y Honduras (126), que aparecen entre las más corruptas de la lista, se trata de naciones donde las instituciones son más débiles y hay un dominio del poder político, dijo el experto.En Chile y Uruguay -que tienen 73 puntos cada una y se ubican en el lugar 21 de las naciones menos corruptas del mundo-, en cambio, las instituciones son más fuertes y la policía más confiable, indicó.Escándalos en Brasil y MéxicoSalas destacó que los dos países con economías más importantes de la región, Brasil y México, registraron “escándalos brutales’” de corrupción relacionados con la petrolera estatal Petrobras, de la nación sudamericana, y la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero.Brasil aparece en el puesto 69 con una calificación de 43 puntos sobre 100, mientras que México está relegado al lugar 106 con 35 puntos. Ambos subieron así tres sitios y ganaron un punto, pero “hay que exigirles más”, agregó.Uno de los saltos más llamativos en la región fue el de Honduras, que mejoró 14 puestos hasta el 126 y subió tres puntos. “Aquí se ve claramente que el cambio de gobierno (en enero asumió el presidente Juan Orlando Hernández) trajo una nueva energía”, explicó Salas.Guatemala registró otro de los mayores avances al mejorar tres puntos con respecto a 2013, aunque se mantiene en un modesto puesto 115. Otros saltos drásticos fueron los de Panamá (mejoró ocho puestos hasta el 94) y Ecuador (cayó ocho, hasta el 110).Además, Costa Rica subió dos hasta el 47 y Perú cedió dos hasta el 85, mientras que Colombia se mantuvo en el 94 y Paraguay en el 150. El capítulo argentinoEl país volvió a caer en el ranking que expone la percepción que se tiene sobre actos de corrupción. Según la medición, Argentina, con 34 puntos sobre 100, ocupa el puesto 107 sobre los 175 países evaluados, un lugar debajo del que ocupaba hace un año.Éste es el tercer descenso de manera consecutiva; en 2012, el Estado nacional ocupaba la posición 102. Así, la Argentina superó ampliamente la media para colocarse en el pelotón de países con mayores índices de corrupción del mundo.“A diferen
cia de Brasil, donde hubo cambios de fondo importantes, en Argentina hace mucho que no veo algo positivo en materia de cambios para mejorar estructuralmente la corrupción”, comentó. “En Brasil hay avances y escándalos. En la Argentina, sólo escándalos”, indicó Salas.“En aquellos países que se ubican en puestos rezagados, como el nuestro, la corrupción afecta directamente la calidad de vida de las personas”, indicó Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, brazo argentino de Transparency International.“Esto refleja la total ausencia de esfuerzos en nuestro país en materia de lucha contra la corrupción. Los organismos de control fueron reducidos a su mínima expresión durante los últimos años, convirtiéndolos en actores intrascendentes”, sostuvo Secchi.A modo de conclusión , remarcó que la impunidad es quizás uno de los mayores desafíos en la lucha contra la corrupción. La impunidad que existe en Argentina es un incentivo para aquellos que quieren hacer uso privado de la administración pública.





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