OBERÁ (Enviado especial). Por falta de energía eléctrica, no pudieron comenzar ayer los alegatos en el marco del juicio oral y público por el crimen de Silvia Andrea González (15), perpetrado en octubre de 2001. Debido a las fuertes precipitaciones caídas en la zona, que produjeron la caída de postes del tendido eléctrico, gran parte de la ciudad de Oberá quedó sin dicho servicio (ver página 6).No obstante, y a media luz, el Tribunal Penal 1 ordenó la lectura del informe de la inspección ocular llevada a cabo el pasado 25 de noviembre en Campo Viera, donde el cuerpo tribunalicio, a cargo del juez Pablo Rivero, secundado por Graciela Heppner y Demetrio Cuenca, concretó esa medida en la vivienda de Luciano Pérez, lugar donde residía uno de los imputados, Marciano Benítez, y donde se cree que estuvo cautiva Silvia Andrea. También formaron parte de la comitiva el mismo Benítez junto a su defensora, Sandra Llamosas, y el abogado que forma parte de la defensa de los policías implicados, Millán Barredo. El peritaje, en tanto, estuvo a cargo de la División Criminalística de Oberá, que tomó medidas del lugar y más de 36 muestras fotográficas, sobre todo de las modificaciones que se realizaron en el inmueble. Además estuvo presente el jefe de la comisaría de Campo Viera, mientras Marciano Benítez señalaba a las partes los lugares que ocupaban los dormitorios, tanto de él como de Luciano Pérez en el 2001. Se realizó una minuciosa inspección en la zona del cielorraso, que tiene una dimensión aproximada de dos metros, donde se tomaron muestras fotográficas y se realizaron medidas en el diseño de un croquis, que ahora forma parte del expediente en la causa. Pasó más de una década, y algunas modificaciones en ese domicilio fueron notorias, como la sede que funcionaba como unidad básica de un partido político y donde se presume que estuvo Silvia Andrea, como así también el garaje donde se guardaba el Renault de color celeste que era conducido por Marciano Benítez y en el que se cree que fue trasladada la víctima en el momento de su desaparición. En el fondo de la casa se pudo constatar el tronco cortado de lo que fue el árbol de pitangas donde los hermanos Muñoz dijeron haber visto a una chica que se encontraba en la casa de Marciano Benítez. Por otra parte, se incorporaron por lectura los testimonios hechos tiempos atrás en sede judicial por los policías Zayas y González, así como el imputado Dante “Willy” Ríos, quienes no prestaron declaración durante la última parte del proceso.El debate pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30, cuando, de no mediar inconvenientes, comiencen los alegatos. “Somos pobres, pero creemos en la Justicia”Con muestras de dolor, pero también de confianza, la madre de Silvia Andrea González, Bertolina Maciel, habló ayer con varios medios de prensa. Expresó que le dolía escuchar la mentira de muchos testigos que declararon en la causa, como así también las expresiones de los representantes de las distintas fuerzas que estuvieron en la búsqueda de la adolescente en octubre de 2001. “¿Cómo pueden decir que se hicieron bien las cosas, cuando a mi hija la encontraron muerta?”, se preguntó.Teniendo que hacer todo lo posible para que el caso no quede impune, la mujer cree que los culpables del crimen son los que están sentados en el banquillo: “Estoy segura de que están acá y por eso me duele”, expresó con profundo dolor. Pero aclaró que para ella, uno de los testimonios claves es el de Norma Rivero, quien no prestó declaración en el transcurso del proceso. “Sólo pido a Dios que la Justicia haga bien las cosas”, agregó.A pesar de los trece años que pasaron desde el homicidio, dijo “yo soy pobre, pero tengo fe en ellos (por el tribunal), tengo la esperanza”.Aunque no se explica por qué cien policías, sumados a la pueblada que se levantó en esos años para ayudar a encontrar a la joven, no pudieron hallarla con vida. Explicó que “buscaban en los montes o en los teales, pero nunca enfocaron la búsqueda en el pueblo. Incluso cuando la Policía dice que hizo bien las cosas, es mentira. Porque en su momento salí a buscar a mi hija, junto a otros dos hijos pequeños, en casas de parientes y amigas de Silvia. ¿Dónde dicen que estaban los policías que me acompañaron? Mentira, no me acompañaron”, refirió. “Ellos me llevaron nuevamente a mi casa, pasamos por lo de los Cantero (Fabiana y Marina, la primera acusada de ser la supuesta entregadora y la otra era amiga de Silvia Andrea) pero ellos no me dejaron bajar del móvil. Me dejaron en mi casa y dijeron que yo no salga de ahí”.Su intuición de madre le decía que ella estaba secuestrada y que los policías tenían que haberla encontrado con vida, pero dice que “no pierde las esperanzas de que los jueces actúen como corresponde y esclarezcan las cosas”. Agregó que “la misma Policía está mintiendo y eso me da mucha bronca”. Emocionada, manifestó: “Yo le pido a Dios y a Andrea que, aunque no se logró encontrarla viva, pero estoy clamando al cielo que ella dé ese poder y talento para los jueces, y que salga esclarecido y que muestre a nuestra comunidad, y al pueblo en general, lo que le hicieron a ella”.Afirmó que la razón por la que la mataron era “porque ella conocía la identidad de las personas que la secuestraron”.Y agregó que “por más que muchos testigos no se acuerden porque pasaron muchos años, toda mi familia recuerda cada momento vivido, porque es acompañado de la tristeza que aún sentimos. El condenado igual detrás de rejas van a estar bien, pero a mi hija nadie me la devuelve, mi hija no sale de la tumba”. Con asombrosa convicción, nuevamente volvió a decir: “Es difícil vivir, pero llegamos a estas alturas, a trece años, la Justicia llega tarde pero seguro y se pueden esclarecer las cosas”. Mientras, el padre de Silvia Andrea, también con una mirada de tristeza en sus ojos, expresó: “Durante los trece años que estamos luchando, no bajamos los brazos. Mi hija siempre es una herida que nunca se cierra, siempre pensamos en ella, pero creemos en la Justicia”. También agradeció a los medios de prensa, ya que gracias a su aporte, la noticia sobre el asesinato de su hija llegó hasta los medios nacionales y no quedó en Campo Viera.&
nbsp;Bertolina, para finalizar, dijo que “si falla la Justicia del hombre, estoy segura de que la de Dios no falla, tengo una clara certeza de que los jueces van a esclarecer las cosas”.





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