BUENOS AIRES (DyN). El Gobierno argentino se comprometió ante el presidente del Paraguay, Horacio Cartes, a brindarle toda la información existente acerca de una planta de uranio que será instalada en Formosa, frente a la costa paraguaya, y que provocó preocupación en el país vecino.La flamante embajadora argentina en Asunción, Ana María Corradi de Beltrán, se comprometió ayer al presentar sus cartas credenciales ante la administración del presidente Cartes, a facilitar a Paraguay toda la información vinculada con la planta de uranio “Dioxitek”, que será instalada en la capital formoseña.En declaraciones a la prensa paraguaya, Corradi de Beltrán aseguró que desde la embajada va a “realizar todas las gestiones pertinentes, solicitar todos los informes para brindarles al pueblo paraguayo”.“Pero tengan la tranquilidad que desde el Gobierno de la Nación Argentina hay una voluntad política de fortalecer los lazos con el Paraguay. Paraguay es nuestro país hermano, así lo sentimos y mi proceder en este país va ser ese”, agregó la diplomática.Asimismo, la embajadora garantizó que “todos los temas que involucren a ambos países van a ser abordados, seguramente la agenda que vamos a tener en la embajada va a ser nutrida y dinámica”.En este sentido, el canciller paraguayo, Eladio Loizaga, confirmó que los temas de la agenda bilateral estarán relacionados con la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), la planta de tratamiento de uranio y el aumento del comercio con la Argentina.En mayo pasado, el Congreso paraguayo aprobó una moción instando al gobierno de Cartes “a oponerse a toda instalación de planta nuclear de forma inconsulta” por parte de Argentina en las cercanías a la frontera de Paraguay.Según informó el diario ABC Color, la firma Dioxitek, acaba de cerrar su planta en Córdoba y confirmó su intención de reubicarla en las afueras de la capital formoseña, frente a la costa de Paraguay.La firma operaba desde 1997 en Córdoba, aunque la planta de dióxido de uranio, que es el material base para el combustible radiactivo de las centrales nucleares, comenzó con las operaciones en 1982.Sin embargo, el 6 de noviembre pasado, a raíz de la explosión de un taller químico en la zona que hizo volar vidrios y ventanas de las viviendas vecinas, la Municipalidad de Córdoba dispuso la clausura definitiva de la fábrica.De acuerdo a lo consignado por la prensa paraguaya, la intención de Dioxitek es levantar una nueva planta tres veces más grande que la de Córdoba y se proyecta establecer un polo nuclear en la zona.El tema también generó preocupación dentro de las comunidades indígenas de Formosa que fueron a buscar el apoyo del Gobierno paraguayo para presentar una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el fin de frenar la instalación de la planta. Justamente con este objetivo el diputado provincial de Formosa, Martín Hernández, y el líder indígena de la Comunidad de Nam Qom, Israel Alegre, viajaron a principios del mes pasado a Asunción, donde se reunieron con los senadores paraguayos.Previamente, en una audiencia pública realizada en julio de este año se presentó un informe sobre el impacto ambiental de la planta.





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