BUENOS AIRES (Especial de NA, por Guillermo Malisani). El Gobierno empieza a transitar el último mes del año en el que deberá hacer frente a un fuerte y unificado reclamo gremial, pero en el que también puede enarbolar banderas de moderados triunfos, principalmente en el traumático mercado cambiario. Toda la atención de estos primeros días de diciembre estará puesta en lo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pueda disponer respecto del pedido de todos los sindicatos -oficiales y opositores- de eximir el medio aguinaldo del impuesto a las Ganancias y dar vía libre, por otra parte, a un plus salarial. Por ahora, la Presidenta mantiene la negativa de limitar el alcance de Ganancias a los aguinaldos, pero se sabe que en estos temas suele estirar los plazos hasta la última instancia. En rigor, esa es una estrategia que lleva el inconfundible sello kirchnerista y que nunca le dio malos resultados.En esferas oficiales reconocen que Cristina está evaluando la posibilidad de que el medio aguinaldo no sea incluido para computar Ganancias, como un gesto para aplacar los ánimos, siempre convulsionados a esta época del año. Sólo la discusión de estos temas deja al desnudo que la inflación anual supera el 25% que admiten desde el Gobierno, que es más del doble del fijado en el Presupuesto y que se encuentra casi en línea con los porcentajes alcanzados en paritarias para este año. Para las consultoras privadas, el promedio de inflación anual se ubica en torno al 41,25%, un número en el que se asientan los gremios para reclamar cambios, ya no sólo para que se exima del impuesto al aguinaldo sino que se hagan cambios en las escalas y hasta la lisa y llana supresión del tributo.La discusión, en definitiva, también oculta el debate sobre la política de ingresos y de gasto pública, que el Gobierno ratifica en cada momento que puede. En los últimos días, desde el ministro Axel Kicillof, hasta el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli y hasta el secretario de Comercio, Augusto Costa, reafirmaron el concepto del oficialismo de que el Estado es el gran impulsor del motor económico. La tensión sindical, que quedó reflejada en el paro del jueves que realizaron los gremios del transporte y dejó varados a miles de trabajadores que no pagan Ganancias, se trasladará al 2015 y dará fundamento a un año en el que las exigencias de aumentos estarán por encima del que está terminando. Un error que seguramente los sindicatos intentarán evitar es conseguir mejoras escalonadas porque se sabe que los incrementos que se consiguen con esos acuerdos se terminan diluyendo en el tiempo y queda al final una sensación de haberse conseguido poco. Entonces, con esa percepción de “gusto a poco”, la batalla que se dará en las paritarias en el primer trimestre de 2015 hará presumir otro año con fuertes aumentos en los precios. De su lado, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ratificó en la semana que no habrá modificaciones en Ganancias.Al ser consultado sobre si habrá modificaciones al tributo, el jefe de Ministros respondió que “sería abundar en lo que ya transmití”, al reiterar que con los cambios realizados en 2013 “se excluyó a casi 10 millones de personas”, tras considerar que “el debate está en 1.039.000 que son los que mayor nivel de ingresos tienen”. De inmediato, se preguntó “cómo se sustituyen 55 mil millones de pesos de financiamiento, cómo se plantea el debate si el impuesto a las Ganancias es una manifestación de capacidad contributiva y efecto redistributivo”, e indicó que “muchos plantean la exclusión”. En ese contexto, retomando los conceptos vertidos por la Presidenta durante su discurso ante la Cámara de la Construcción, recordó que son necesarias tener medidas “con claridad para incentivar el consumo, potenciar la demanda agregada para construir infraestructura pública”.Además, sostuvo que para “dotar de competitividad a la economía hacen falta recursos y ellos deben ser aportados por los que más ganan”, y aclaró que “se debate la curva del mínimo no imponible que tiene que ver con un debate legislativo”. “Muchos de los que critican las políticas públicas plantean un ataque al resultado fiscal, pero pretenden bajar los derechos de importación, eliminar impuestos y aumentar el gasto público, pero dicen que no van a tener déficit fiscal, cuestiones irreales, inconsistentes económicamente e irresponsables desde el punto de vista político”, afirmó Capitanich.La tensión cambiaria se suavizóTras la batería de medidas que incluyó mayores controles, acuerdos con exportadores y la llegada de dólares del Banco de China, la tensión cambiaria tendió a suavizarse y le dará oxígeno al Gobierno para cerrar el año con menos preocupaciones. En sus casi dos meses de gestión, Vanoli puede exhibir algunos trofeos: se frenó la caída de reservas, se desinfló el dólar libre y se atenuó la salida de divisas para ahorro, que en octubre habían alcanzado un número récord. Las reservas del Central quedaron en 28.904 millones de dólares, con una suba de 793 millones en noviembre, aunque apuntaladas por los más de 800 millones que aportó el Banco Central chino, una cifra sólo superada por el balance de abril que fue favorable en 1.200 millones. Pero como siempre hay una contracara, en el año las reservas bajan 1.695 millones de dólares, equivalente al 5% de las que terminaron en 2013. Otro punto a favor es la compra de dólares a través del sistema oficial.En octubre se vendió una cifra récord de 446,5 millones de dólares y en noviembre apenas superó los 409 millones, lo que podría demostrar que la gente optó por otras posibilidades para resguardar sus ahorros y que bajaron las expectativas de una brusca devaluación. El dólar que se negocia en el mercado paralelo cerró noviembre en 13,10 pesos, con una caída del 8,3% del registrado a finales de octubre, cuando la sensación era de una escalada sin techo. El dólar oficial terminó en 8,54 pesos y la brecha entre ambos se redujo al 53%, una cifra elevada y distorsiva pero muy alejada del 100% que llegó a tocar. El valor actual del blue es casi tres pesos menos que los 16 pesos que exhibió a fines de septiembre, cuando el mercado cambiario mostró la mayor tensión. Pequeños logros que sólo hacen a la coyuntura y no a los planes de largo plazo, esos que por ahora no están en la agenda econ&oacut
e;mica y que deberán debatirse para enfrentar el proceso recesivo. a





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