SAN ANTONIO (Corresponsalía) “Robos siempre hubo, pero los autores eran rateros; ahora vienen con violencia, armados, tiran a matar; en San Antonio estamos sin ley y sin Justicia”, señaló el comerciante Miguel Núñez al graficar el sentimiento de inseguridad que se vive en este municipio. El pueblo es pequeño, está ubicado en el nordeste provincial. En el censo de 2010 se contabilizaron cerca de 10 mil habitantes, aunque la población real está estimada en 14 mil. Como en muchos pueblos del interior, el ambiente en general es tranquilo y la gente suele disfrutar de esa armonía. A diferencia de las grandes ciudades, los vecinos acostumbran, o acostumbraban al menos, a dejar las puertas sin llave y las ventanas abiertas, porque el índice de robos era prácticamente nulo. La situación ahora cambió: en los últimos dos años se acrecentaron los robos y hechos de violencia. Hoy los habitantes de San Antonio viven atemorizados. Es el común denominador en el pueblo.El futuro ya llegóMiguel Aranchuk fue víctima de un violento asalto. Por fortuna, sobrevivió para contarlo. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN expresó que “es lamentable tener que hablar de este tipo de acontecimientos en San Antonio. Hoy muchas familias viven atemorizadas, deberíamos tomar una decisión drástica y urgente para defender a nuestros ciudadanos. Nuestra Policía necesita personal porque así estamos a merced de los delincuentes”.“Desde hace dos años que solicitamos refuerzos a la Jefatura regional, pero no toman conciencia de nuestra situación. En cada reunión se comprometen a hacerlo pero pasa el tiempo y no hacen nada, todas las reuniones que hemos tenido han quedado sólo en palabras. Ojalá no haya que lamentar más víctimas para que tomen una decisión. Lamentablemente, tengo la impresión de que el intendente no toma en serio la cuestión”, puntualizó Aranchuk. Salvados por milagro“A mí me asaltaron a mano armada”, relató Mauro Rambo. Y agregó: “llegaba a mi casa. Me esperaban dos hombres que, a punta de pistola, me metieron en mi casa, donde estaba mi familia. A mi mujer y a mi nena le pusieron una pistola en la cabeza, nos maltrataron a pesar de que no opusimos resistencia. Se llevaron la plata que tenía del negocio y el auto. Y antes de irse todavía me tiraron a matar”, consignó.El proyectil ingresó en el hombro de Mauro. Alcanzó a moverse porque sino, probablemente impactaba en el pecho: “A mí me cambió la vida ver cómo ponían una pistola en la cabeza de mi esposa y mi hija de tres años; que son lo que más quiero. Lo hicieron con tanta impunidad que me dejaron asustado; hoy vivo con miedo. Tuve que contratar gente de seguridad para que me acompañe hasta mi casa y sentimos que todas las sombras son peligrosas”, aseguró a este Diario.Consultado acerca de por qué cree que se dan estos hechos, Rambo respondió que “acá es muy claro. Hay muy poco personal policial, no hay móviles, el pueblo es muy oscuro (no hay alumbrado público), todos esos factores favorecen el accionar delictivo y nos dejan indefensos”.Hilda Mattos es otra de las vecinas que se salvó de milagro. A ella le gatillaron en la cabeza y se salvó porque no salió la bala. Actualmente, antes de que baje el sol, Hilda se encierra en su casa y traba puertas y ventanas, como consecuencia de lo vivido. Es que el miedo manda: “Volvíamos de un baile con una pareja amiga y cuando estacionamos la camioneta, salieron tres hombres encapuchados y sorpresivamente se nos tiraron encima. A mí me agarraron del cuello y me pusieron una pistola en la cabeza. Mi amiga salió corriendo y se encerró en el baño. A su esposo le pegaron unos culatazos y lo lastimaron quedando con secuelas”, recordó. “Para que salga mi amiga del baño amenazaron con matarme e incluso gatillaron el arma, pero Dios quiso que la bala no saliera. Por eso estoy viva, por milagro”. Para finalizar, comentó: “A uno lo agarraron pero, según el comisario, no había suficientes pruebas y salió enseguida. ¿Qué pruebas querían?¿Que yo esté muerta? En mi opinión faltan policías y al jefe hay que cambiarlo”, concluyó. Patrullas de civiles armados Miguel Núñez es un comerciante de la zona urbana de San Antonio. “Acá estoy, esperando que vengan a robarme. Estamos asustados, ya robaron a todos los vecinos. A mi vecino de abajo lo asaltaron, al de enfrente también, al de la esquina le pegaron un tiro, al de al lado le reventaron la cara de un culatazo. En San Antonio estamos sin ley, los malvivientes están haciendo lo que quieren”.“Acá es responsables la Policía, que si no da abasto debe solicitar urgentemente refuerzos; la Unidad Regional que no los manda; el Jefe de la Policía de la provincia que no escucha nuestros pedidos; el intendente que no se hace cargo… Lo que sucede acá no pasa en todos lados, han llegado a asaltar a una oficial y le han robado el arma. Estamos en un extremo de violencia y desamparo”, expresó el hombre al ser consultado por este Diario acerca de la inseguridad y de la preocupante seguidilla de hechos delictivos. “Vivimos con miedo, mi familia se quiere ir, mi mujer docente y mis hijos se quieren mudar. Cuando llegamos a nuestra casa damos dos vueltas con la camioneta para ver si no hay alguien esperando, así no se puede vivir. Hicimos varias reuniones con el jefe de la Regional pidiendo refuerzos pero nos mienten, nos mienten para que nos quedemos tranquilos y así hasta la próxima seguidilla de hechos. Yo sé que ya hay grupos de civiles armados, esto ya es gravísimo y las autoridades miran para otro lado. San Antonio está a la deriva, acá puede pasar cualquier cosa”, afirmó.Pedidos infructuososEl concejal por el PAyS, Agustín Noll, recordó que “hicimos varias reuniones con el Concejo Deliberante y el foro de seguridad. Solicitamos a las autoridades policiales la urgente provisión de refuerzos para nuestro municipio, venimos haciéndolo desde el año 2012, pero a pesar del compromiso asumido en cada una de las reuniones, nunca se cumplió”.“Hoy la comisaría local no tiene ni siquiera el personal necesario para cubrir las tres guardias, y menos para patrullar el pueblo. Los delincuentes hacen, sin duda alguna, inteligencia, y las condiciones en que estamos les son favorables. Poco personal policial, un solo móvil, la frontera con Brasil, son todas condiciones que ellos conocen y que les están permitiendo actuar impunemente”. Al final, el edil afirmó: “hoy San Antonio es tierra de nadie y es responsabilidad de las a
utoridades”.Los vecinos consultados coincidieron en que todos saben quiénes son los delincuentes, siempre los mismos, y manifiestaron que si ellos saben, cómo no lo va a saber la Policía. La pregunta que todos se hacen es: ¿Por qué no se actúa? “Falta de voluntad”, respondieron los vecinos y agregaron: “en San Antonio no queremos lamentar más víctimas”.





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