POSADAS. Algunas horas antes, Juan José Mareco (58) tuvo una premonición. En las imágenes que lo invadieron en sueños, se veía con un arma de fuego en la mano mientras corría a dos delincuentes que habían llegado a desafiarlo. No tuvo en cuenta ese misterioso aviso del sexto sentido. Hasta que la pesadilla se hizo realidad.En la madrugada de ayer, esas imágenes volvieron a pasarle por sus ojos. Pero esta vez no era un sueño. Estaba despierto. Mareco es el guardia del shopping posadeño que fue reducido y maniatado por los delincuentes que perpetraron el millonario robo en el lugar.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN contó detalles del episodio, aseguró que al menos uno de ellos tenía acento chileno y reveló que usaban capuchas y guantes de algodón, similares a los utilizados en la construcción.“Eran las 2.10 y subí al estacionamiento para apagar un aire acondicionado. Ahí sentí que alguien saltó atrás mío y me tiró una trompada. Primero pensé que era una broma”, recuerda junto a este diario el empleado, que lleva más de nueve años en la firma.“Esto es un asalto, tirate al piso si no querés morir”, le dijo entonces uno de los delincuentes. “¿Cuántos son? ¿Dónde están los otros?”, le preguntó. Mareco les confirmó que estaba solo y fue entonces que al menos entre dos ladrones comenzaron a maniatarlo con cinta de embalaje y precintos.“Tenían acento chileno y todo el tiempo repetían la palabra ‘huevón’”, aporta la víctima sobre una de las pistas firmes que por estas horas manejan los investigadores. “No te vamos a hacer nada, huevón, colaborá”, le decían.El sereno cuenta que lo trasladaron hasta una columna y también le encintaron el rostro y la cabeza. Allí permaneció en soledad durante algunos minutos y aprovechó para forcejear e intentar liberarse. Pero entonces uno de los ladrones volvió. “¿Qué estás haciendo, huevón? Quedate quieto porque te vamos a liquidar”, le dijo el malhechor, que entonces le pateó en la cabeza, lo “encintó” nuevamente y en compañía de otro lo alzó de brazos y pies para llevarlo hasta otro lugar.“Sentía que me estaban metiendo en un hueco; cuando escuché que cerraban el baúl supe dónde estaba. Y ahí pensé lo peor, que me iban a llevar a algún lado para hacerme algo”, recuerda Mareco sobre esos segundos de angustia.El guardia permaneció largos minutos en la baulera de un Hyundai Génesis, con la cara totalmente cubierta de cinta y atado de pies y manos. Intentó liberarse, pero por temor a que uno de los ladrones estuviera en el rodado, decidió confirmar que estaba a solas para seguir con sus intentos.“Como esta cinta no se corta fácilmente, intentaba deshilacharla y así me liberé primero las manos, después el rostro y finalmente los pies”, relató Mareco, quien aseguró que entonces recuperó la tranquilidad. Fue entonces en busca de su libertad.“Ahí salí por las butacas traseras y me arrimé bien despacio por las ventanillas para ver si no había nadie. Entonces salí y fui corriendo hasta la escalera de emergencias que da a la puerta que sale a la calle San Lorenzo. Corrí hasta un hotel de acá a la vuelta y le conté lo que había pasado al conserje. Entonces lo supo la Policía”, narró Juan, quien recordó que al llegar al alojamiento el reloj marcaba las 4.Mareco conoce cada uno de los rincones del centro comercial. Por eso se anima a teorizar que los delincuentes se subieron al rodado en el que habían permanecido ocultos durante horas y escaparon por la rampa del estacionamiento. “Ahí uno cerró la cortina, que se cierra desde adentro, y salió por la salida de emergencias de San Lorenzo”, analizó.Mientras muestra las heridas que le dejaron las “ataduras” plásticas, el hombre reconoce que sintió miedo. “Les decía que se llevaran todo lo que quisieran pero que no me hicieran nada; pensaba en mi familia y en que quizás no iba a volver a verla”, se sinceró. Y afortunadamente para él, así fue.Mareco repite que nunca vivió algo similar en los nueve años de trabajo que tiene en el shopping y que quizás por eso no prestó atención a la pesadilla que tuvo horas antes de que la realidad lo golpeara amargamente. “En el sueño tenía un arma y corría a dos personas. Fue como una pesadilla, parecía como algo que me iba a suceder”, finaliza el guardia, sin imaginar jamás que todo se convertiría en realidad. Y sería mucho peor. ComunicadooficialDesde el “Posadas Plaza Shopping” se envió a los medios un comunicado en el que se informó sobre el episodio.“Ante la propalación pública y masiva por parte de los medios de comunicación, la empresa Marnani SA, administradora del centro comercial Posadas Plaza Shopping, cumple en informar que en horas de la madrugada del día 3 del corriente mes y año fue perpetrado un robo en las oficinas de la administración”, dijo la empresa a través del documento.La firma hizo conocer que “en el hecho intervino diligentemente la autoridad policial y ha dirigido la investigación en forma personal el doctor Carlos Jorge Giménez, en su carácter de juez competente”.“Descontamos el buen término de la investigación judicial y comunicamos que el desempeño del centro comercial es absolutamente normal”, se expresó, tras lo cual se agregó un agradecimiento por “todas las expresiones de solidaridad” que llegaron a la firma.Por último, desde Marnani SA se formularon votos “para que se adopten las diligencias necesarias e imprescindibles para impedir el avance del delito en nuestra ciudad”.Si bien oficialmente no se informaron montos con respecto a lo sustraído, este diario pudo confirmar que el botín con el que se alzaron los delincuentes es millonario.





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