POSADAS. “Manejar un vehículo (o avión) no debe ser un derecho, sino un privilegio y sólo se le debe permitir a quien dé garantías de obediencia a las normas, tenga la habilidad necesaria y la responsabilidad requerida como lo exigido al capitán de un barco o a un cirujano”. Esta declaración se encuentra al reverso de la tarjeta de presentación de Juan Servera de 87 años, presidente de la Fundación Don Bosco en Catamarca. Su principal preocupación siempre ha sido la gran cantidad de accidentes de tránsito y qué se puede hacer para disminuir esos siniestros números. Algo de esto sabe, Servera fue asesor de Educación Vial en la Oficina de Tránsito de La Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca, adonde vive. “Intervengo en la capacitación de los futuros conductores de vehículos”, sostiene en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Considera que esta capacitación debe tender a profesionalizar al conductor de vehículos, pero su pasado como sacerdote le indica que se puede hacer más. Es así que busca emular una iniciativa del Viejo Continente. En España, su país de origen, está instituida la “Pastoral de la Ruta”, un grupo de sacerdotes que trabaja para mejorar la educación vial. Servera busca que se instale en el país y ahora, en la provincia de Misiones: “Sería una manera de que la Iglesia se inmiscuya dentro de la educación vial”, indicó y agregó, “lo que busco es que en cada provincia exista una. Hoy por hoy no hay ni en Misiones ni en ningún otro lugar del país. Con ella podríamos invitar a los conductores, cristianos o no, a capacitarse suficientemente para poder salir a la ruta y prevenir accidentes, ya sean conductores particulares o también de ómnibus de larga distancia”, indicó Servera.“Esto es muy grave, cuántas familias han salido a las rutas y no han vuelto”, indicó el exclérigo que propone que el Obispo junto a un grupo de sacerdotes, laicos y psicólogos se encarguen de estudiar los problemas que derivan de aquellos que utilizan las calles y las rutas, ya que no siempre lo hacen de acuerdo a las normas establecidas y así cometen toda clase de errores, lo que aumenta los accidentes por impericias del conductor.Los participantes de la Pastoral se encargarían de preparar folletería alusiva, relacionada con la capacitación de quienes manejan diversos tipos de automóviles. Dentro de sus actividades estará realizar un seguimiento serio de todos los acontecimientos viales, incluidas las visitas a víctimas en hospitales y a los parientes de las mismas. Ello incluye también la investigación de estos hechos aunque hayan sucedido mucho tiempo atrás. Sobre lo que pasa en las rutas, Servera considera que las escuelas de manejo no llenan las expectativas de la demanda. “Si no se mejora la capacitación de quienes conducen, los índices de siniestros viales no van a bajar. Se mantendrán iguales e incluso es probable que empeoren, a la vez que aumentarán las páginas necrológicas en los diarios”, se lamentó.Algo de su vidaFue sacerdote y estuvo en Japón después de la segunda guerra mundial, adonde trabajó con los niños huérfanos que dejó la terrible contienda entre naciones. Allí notó el importante nivel educativo que tenían los japoneses y volvió a predicar sobre la importancia de la educación. También de la vial, que según dice, se debe enseñar desde el primer grado.





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