POSADAS. Si bien en su interior guarda un mejor aspecto, observar el polideportivo El Zaimán por fuera y desde el corazón mismo del barrio San Jorge es, realmente, deprimente. Además del mal aspecto estructural, montículos de basura “adornan” la parte posterior del edificio, que aún no fue concluida, a pesar de los casi 30 años que lleva inaugurado.Cuando Pacífico Solís se radicó en un terreno lindante, en 1992, era un edificio que sobresalía desde lejos aunque ya, en aquel entonces, se encontraba en estado de abandono, como sucede ahora. Apenas establecido, el vecino intentó intervenir y contó lo que sucedía en una nota periodística publicada en el desaparecido diario El Paraná. A raíz del escrito, abrieron las puertas del coloso y el hombre logró limpiar el parquet, cortar el césped y parquizar el amplio predio con lapachos, nueces, mangos, paltas, moras y otros árboles frutales. Explicó que en la parte posterior, donde ahora prevalece la basura, había un comedor, los veteranos se juntaban a jugar al truco y un grupo de vecinos lo había adoptado como vivienda hasta tanto se iniciara la entrega de las casas del barrio. Pero fueron cambiando los gobiernos y “nos lo fueron sacando, y quedó así. Presentamos una nota para que lo arreglen porque nos afecta. Tiran perros muertos, hay un olor terrible pero nadie nos hace caso. Y lo peor de todo es que no les da vergüenza”, dijo Solís, quien a pesar de su condición de albañil, dedicó buena parte de su vida al deporte y a incentivar su práctica, ya desde su Santa Ana natal. El hombre siempre colaboró con la comisión vecinal. Dijo que tres veces fue presidente del barrio y que se dedicó a mantenerlo, a eliminar basurales y a parquizarlo de punta a punta, pero “uno trabaja y trabaja y ellos se llevan los laureles”, dijo en alusión a los políticos. “Dante Pigerl no nos da artículo. Muchas veces pedimos que nos lo cediera pero no nos permite. Creemos que en la loza de abajo se puede hacer un gimnasio y así sacar los chicos de la calle, pero él quiere que esté así. Viene gente de otras provincias a participar de encuentros religiosos, deportivos, y cuando recorren la parte de atrás, sacuden la cabeza, por lo feo que está”, agregó.Contó que adentro tiene capacidad para más de tres mil personas y un “hermoso estadio pero el parquet se está volviendo a destruir, como ya sucedió, porque no se arreglan los desagües. El agua entra por debajo y destruye. Eso es por falta de mantenimiento y porque no tiene gente competente para trabajar. Pagan a un cuidador que se pasa sentado en la puerta en vez de darnos para que podamos trabajar y mantenerlo limpio”.La parte posterior del edificio, destinada a albergues y sanitarios, nunca se terminó. Podría funcionar como un lugar de encuentro para los vecinos, un salón comunitario para realizar eventos y salas de apoyo escolar.Tiempos distintosCuando Solís se estableció en la zona, se practicaban deportes como ciclismo, fútbol en todas las categorías, voley y maratón de escuelas para adultos. Adentro había judo, karate, boxeo. El predio, de más de tres hectáreas, también albergaba el velódromo “Jorge Alderete”. “Alrededor de la cancha había una pista de asfalto que se destruyó por el avance del pasto y las malezas. Venía muchísima gente pero de a poco se fue terminando y volvimos a estar como antes de la construcción del polideportivo”, señaló, al tiempo que recordó que “ahora hay un campeonato medio light” y el edificio se usa para “eventos políticos”. Aseguró que adentro “está decayendo. Se ocupa muy poco. Es una mole de cemento impresionante. A mí me habían dicho que este es uno de los polideportivos más grandes de la provincia. Cambiando y cambiando de dirigentes, fueron cambiando de postura y lo dejaron así como está”.Según Solís, el San Jorge se encuentra en campaña para elegir a la nueva comisión vecinal, el 2 de noviembre. Es que “necesitamos a una persona que represente a la sociedad. Hay muchos problemas pero considero que primero hay que buscar solución a los más chicos”.Visión errónea Laura Ferreira Da Silva, presidenta de la comisión vecinal de San Jorge sostuvo que el polideportivo fue uno de los primeros edificios del barrio y que se dio prioridad a sus actividades. Recordó que allí se hacían encuentros deportivos permanentes y eso hacía que se incentivara a los adolescentes a la práctica de deportes. Es por eso que “me parece interesante invertir para recuperar el edificio así podremos trabajar con adolescentes y niños, de aquí y de otros barrios, en el mismo tema”, agregó.Confió que se hacían competencias a nivel internacional pero que “por la situación de abandono en el que se encuentra ya no están haciendo esas actividades. Sería bueno recuperarlo para los chicos del barrio, que puedan hacer encuentros e intercambios con otros chicos”.Hace 18 años que Ferreira Da Silva vive en la zona y se molesta cada vez que se vincula al barrio con la inseguridad. “Es una visión errónea. Acá hay mucha gente buena, pero el barrio quedó con ese estigma que todos somos faloperos, chorros”, defendió. Para esta licenciada en trabajo social “el estigma se debe descartar. A mis hijos, que son adultos, los crié acá y fueron amigos y compañeros de todos los chicos del barrio. En ningún momento yo limité las amistades. Camino mucho, tengo mucho trato con los adolescentes y los mayores. Estando adentro y siendo parte del barrio, yo veo diferente”. Admitió que tuvo el mismo problema con docentes de la Facultad de Humanidades, donde cursó la carrera. “Cuando hablaban de violencia, adicciones, desnutrición, siempre mencionaban al San Jorge. Pero hay que ser parte del barrio para saber, o venir e integrarse, conocer. Conociendo al barrio y a los chicos se puede dar cuenta. Me pasó con el tema del deporte, cuando participamos de un torneo que hizo la Municipalidad de Posadas, me di cuenta que nuestros chicos son muy buenos y educados. La gente los descalifica o lo estigmatiza sin conocerlos”. Insistió con que “es muy importante recuperar el polideportivo y que empecemos a dar actividad a los chicos, incentivarlos. Traer deportes como taekwondo, karate, vóley, fútbol de salón. Al dejar abandonado por mucho tiempo, se deteriorará e implicará más gastos para levantarlo después”.Se preguntó “¿qué
le podemos decir a los niños respecto al deporte si tenemos un polideportivo grandísimo y no le estamos dando la utilidad que se merece? Las mujeres me reclaman por el vóley y el gimnasio, y esto es público y del barrio, por lo que debería estar abierto”.





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