POSADAS. Vecinos del paraje San Isidro y del barrio Santa Clara se mostraron muy conformes con la concreción del asfaltado de la ruta provincial 213 con el nodo vial Arco-Garita, concluida a finales de agosto último, pero ahora solicitan la continuidad de las obras complementarias, que resultan necesarias para llevar mayor seguridad a una zona que sufrió un notorio incremento el tránsito vehicular.PRIMERA EDICIÓN dialogó ayer con algunos vecinos de los asentamientos ubicados a metros de la ruta 213, quienes coincidieron en destacar que “lo bueno es que hayan concluido las obras del asfalto porque antes era casi imposible ingresar, cuando el camino era de tierra y con las lluvias se formaba un lodazal y con los días secos se levantaba una polvareda tremenda que casi no se podía respirar. Eso quedó atrás, pero ahora van surgiendo otros inconvenientes que también necesitan una solución”, advirtió Gumersindo Rodríguez.El vínculo físico mediante el asfalto permite a los automovilistas utilizar la ruta 213 para conectarse directamente al nodo que los deposita en las rutas nacional 12 y provincial 105, evitando el recorrido por avenida Quaranta.“Mientras duró la obra fue como un parto, porque cuando llovía teníamos que hacer malabares para poder ingresar a nuestras viviendas; ahora es más sencillo, pero queda en evidencia que hay muchas cosas que faltan, como refugios para esperar el colectivo, algo que no existe. Tampoco hay luces, el alumbrado público debería reveerse, poner más focos en distintas zonas. Sabemos que todo lleva su tiempo, pero que no se olviden y después vayan a otro lado y nos dejen a oscuras aquí”, aportó Ramona Quintana, vecina de Santa Clara.Luego agregó que “ahora el tránsito creció notoriamente. La gente va descubriendo de a poco que por acá es más cerca o más rápido salir, por ejemplo, para ir a los barrios de Garupá, porque sale a Santa Helena, pero tienen un poco de miedo porque de noche es muy oscuro. También se complica atravesar la ruta cuando bajamos del colectivo en determinados horarios porque el tránsito es mayor. Es una situación que irá creciendo y solamente rogamos que no se demoren en las obras que restan hacer”.Ayer por la mañana, los operarios de una empresa privada se encontraban en plena tarea sobre la cinta asfáltica para iniciar la demarcación correspondiente, a la altura del destacamento policial de San Isidro, donde se encuentra la Escuela 346.“Inicialmente hubo muchos problemas con la empresa ejecutora porque por ahí abandonaba por días y luego retomaba las obras, pensábamos que nunca terminaría. Por suerte después eso cambió, pero todavía queda -por lo que ellos mismos nos habían informado- la consolidación de banquinas, la señalización vertical y la demarcación horizontal, además de la cartelería. Ahora los colectivos también deberían mejorar, porque antes la excusa era el camino muy feo, ahora no tienen más excusas”, opinó Juan Domínguez, vecino que hace veinte años reside en la zona.





Discussion about this post