POSADAS. “Gracias a todos por acompañarme en estos 30 años, en los que hemos caminado juntos”, señaló, emocionado y sorprendido, el sacerdote Héctor Raúl Zimmer Balanda, párroco de la Iglesia Católica Ucraniana de rito Bizantino San Vladimiro, tras ser agasajado por la comunidad ucraniana de Posadas y de otros puntos de la provincia, que se reunió para celebrar los 30 años de vida consagrada. “Perdón y gracias”, dijo, emulando los dichos de un compañero al ingresar al seminario, hace 35 años. “Gracias a todos”, insistió, al tiempo que manifestó que “para mí es una gracia que en este acontecimiento esté mi madre, Elena, porque de joven estuve muchos años fuera de mi casa”. Zimmer Balanda destacó la presencia de Monseñor Daniel Kozlinski Netto; de los sacerdotes, Avelino Rotchen, Raúl Merenda y Néstor Harapchuk, y del cónsul general del Estado de Israel para el NEA, Mauricio Yankelevich, a quien confió que “tengo amigos judíos desde la infancia” y que “siempre tuve amor, admiración, hacia el pueblo de Israel”. Tras compartir un almuerzo sorpresa, organizado por los miembros de San Vladimiro en el gimnasio del Colegio San Basilio Magno, se proyectó un video con imágenes de su familia y de los diferentes destinos pastorales. Antes de cortar la torta, los niños del Ballet Verjovena lo agasajaron con varias danzas típicas ucranianas.Su paso por MisionesHijo de Pedro Zimmer y de Elena Balanda, el sacerdote nació en Ramos Mejía (Buenos Aires) el 21 de enero de 1957. Fue ordenado diácono el 2 de abril de 1983, mientras que la ordenación presbiteral fue el 13 de octubre de 1984 en la Catedral Bizantino-Ucrania de Buenos Aires, por la imposición de manos del Obispo – Eparca Monseñor Andrés Sapelak. Por varios años desarrolló su trabajo pastoral en localidades como Jardín América, San Vicente y Comandante Andresito, donde con su carisma y su simpatía predicó la palabra de Dios y logró que numerosos fieles, en particular jóvenes, se volvieran a acercar a la iglesia. Luego, le asignaron numerosas responsabilidades en Buenos Aires y más tarde partió a España, invitado por el Visitador Apostólico para los fieles greco-católicos ucranios de ese país, Monseñor Hlib Lonchyna. Allí se ocupó de ayudar al prelado en la organización de la Iglesia Ucraniana debido a la presencia de casi 80.000 ucranianos llegados a partir del año 2005. Hace poco más de dos años regresó a Misiones, esta vez a Posadas, para asumir la administración parroquial de la comunidad de San Vladimiro.





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