SAN VICENTE. Ser un chico discapacitado no debe ser ningún obstáculo para que pueda integrarse a la sociedad. Sin embargo para Jessica Antonella Scheffer sí lo es. Ella vive en una humilde casa del barrio Vialidad en Fracrán. Tiene una rara discapacidad motriz que no le permite moverse con normalidad y a pesar que puede pararse, no puede caminar y debe gatear para ir de un lado a otro.Es tímida, pero tiene buen corazón con sus familiares y sus vecinos. Siempre vienen a visitarla, a pasar un rato con ella y a ver cómo están. Durante el día se ocupa de hacerle compañía a su abuela materna doña Modesta. Se sientan en el patio de tierra de su casa y ahí pasan muchas horas juntas mientras su mamá se ocupa de la casa y de sus otros hermanos.El problema motriz es en sus piernas, desde la parte abdominal hacia abajo su cuerpito hace una especie de joroba que le impide enderezarse. Pero sus manos son muy hábiles para las tareas manuales. Su capacidad intelectual no parece estar afectada por la enfermedad, aunque no se puede decir con exactitud porque no tiene un certificado de discapacidad que lo indique, pero sus familiares dicen que “ella aprende rápido las cosas”.Su madre, Ramona Angélica De Lima, tiene otros cinco hijos y contó a PRIMERA EDICIÓN que “ella no tiene pensión. Recién ahora un señor de San Vicente (Mario Fernández de Oliveira) le está haciendo los trámites para tener el certificado de discapacidad. Yo nunca le hice porque no puedo moverme hasta San Vicente con ella, y acá no se puede hacer eso”.La niña es conocida por todos los pobladores de Fracrán. Muchos de ellos suelen pasar a visitarla. Y las autoridades políticas de San Vicente también la conocen y la visitaron en muchas oportunidades. Su madre contó que “acá vinieron muchos políticos de San Vicente e incluso el intendente Valdir estuvo acá y le conoce a Jessica”.La niña no va a la escuela y Ramona explicó la razón. “Traté de ver para que vaya a la escuela especial de San Vicente, pero no tengo con qué llevarla. El transporte que lleva a los chicos discapacitados a la escuela viene sólo hasta el kilómetro 94 (Paraje San Alfonso que está a diez kilómetros de ahí). Además necesita el certificado de discapacidad para ir allá. Yo hablé con la directora de la escuela de acá de Fracrán porque ella puede aprender con los otros chicos y me dijo que vaya, pero para que lo pueda hacer tenemos que llevarla alzada porque no tiene silla de rueda, sola no puede ir porque los caminos están muy feos y ella se mueve gateando”.Jessica dijo que “seria lindo ir a la escuela”. Sus aptitudes manuales son muy buenas y las maneja muy bien. Una de sus hermanas hizo un curso de bordado y ella aprendió viendo como lo hacía su hermana. “Ella vio como trabajaba su hermana y rápido aprendió a hacer los bordados. También hace pintura”, dijo su madre.La condición económica de la familia no es de la mejor. Hace pocos meses su madre comenzó a cobrar el salario universal. De Jessica sólo cobra el salario universal, no con la categoría de discapacitada. Su padre, Ricardo Scheffer es changarín y hace un tiempo tuvo un accidente laboral donde se lastimó la columna.




Discussion about this post