E l lanzamiento del satélite Arsat-1, que se concretó este jueves, se diferencia de los casos anteriores por haber sido construido y puesto a punto íntegramente en la Argentina y por ser la primera operación de este tipo en un satélite de telecomunicaciones por parte de un país de América latina; mérito que ubicó a la Argentina dentro de un grupo selecto de sólo seis países que cuentan con este desarrollo tecnológico.El logro científico, con serlo, fue instrumentado con un excesivo sesgo político por el gobierno kirchnerista, que apura la copa de un anunciado desencanto electoral para el año próximo con una fuerte apuesta a ocupar espacios tanto en el plano simbólico como en el territorial; presionando una agenda que tiende a la confrontación, más que al consenso; receta habitual en el partido de gobierno.Bajando de las alturas del espacio a la realidad terrestre más inmediata, en la semana se acumularon las tensiones que generan los pronósticos de un giro obligado en las elecciones de 2015; poniendo en el tapete debates que abrevan más en un declaracionismo de circustancias, que en la confrontación de proyectos y programas políticos con vistas al proceso electoral. En esta línea de enfrentamientos verbales “para la tribuna” cabe incluir tanto la frase del senador y candidato presidencial Ernesto Sánz, anunciando una derogación en serie de las leyes aprobadas por el kirchnerismo -en una hipótesis de triunfo electoral- como el discurso apocalíptico del gobernador Alperovich, de Tucumán, metiendo miedo al electorado con la enumeración de todos los beneficios que se perderían si el kirchnerismo deja el poder.En un momento en que al ciudadano común lo que le preocupa sustancialmente es la fuerte presión inflacionaria, que tiende a licuar los aumentos de salarios que en los últimos tiempos habrían llegado al 35%, según datos de una consultora privada, las polémicas del tono de la indicada -variantes del clásico “después de mí el diluvio”- difícilmente convenzan a otros que no sea al electorado cautivo de cada sector. Fuera del declaracionismo dirigencial, en la semana la muerte del ministro de la Corte Suprema Enrique Petrachi, unida a la anunciada decisión de su par Eugenio Zaffaroni de no perpetuarse en el cuerpo, y renunciar al cargo, lanzó una anticipada polémica sobre la conformación del máximio tribunal; que perdería dos de sus cinco miembros. El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, desestimó que se vaya a alterar el número de cinco, y aseguró que las vacantes se resolverían dentro del marco institucional correspondiente. Menos contemplativo, el diputado ultra K, Carlos Kunkel, apuntó contra Carlos Fayt, considerando que “es absurdo” que el magistrado, de 96 años, permanezca en el tribunal.La muerte del histórico dirigente peronista Antonio Cafiero, el lunes pasado, a los 92 años, en tanto, mereció que se decrete dos días de duelo y dejó la imagen de un dirigente que supo retirarse a tiempo aún cuando por su trayectoria política obtuvo en vida, y ahora tras su muerte, el reconocimiento de todo el arco político democrático. El debate en el plano económico volvió a centrarse en la tendencia inflacionaria, al conocerse las contradictorias cifras de inflación de septiembre dadas por el Indec (1,4%) y el “Indice Congreso” de las consultoras privadas ( del 2,48%, lo cual eleva la inflación a más del 41% en el último año). El secretario de Comercio, Augusto Costa, arremetió contra la oposición, al afirmar que “hacer un promedio de lo que dicen consultoras que no tienen ningún tipo de rigor científico es poco serio”, y aseguró que la suba de precios “se está desacelerando”. “Para nosotros no hubo perdida del salario real”, aseguró Costa. Sin embargo, los reclamos gremiales por un bono de fin de año que compense la inflación se intensificaron y hasta sumaron a Hugo Yasky, titular de la CTA oficialista, entre otros. Es que tanto la “sensación térmica” de la calle, como los datos de los gremios y de los economistas no oficialistas, indican que -aunque el gobierno no acepta discutir la propuesta del bono compensador, y la UIA salió a desmentir que la apoyaría- de aquí a fin de año la cuestión central será la evidencia de la caída pronunciada del poder adquisitivo del sector asalariado. Catarsis legislativaEn la provincia, el gobernador Closs salió a anunciar anticipadamente el pago del aguinaldo, intentando acallar los reclamos que también a nivel local, y en especial en el sector público, van en aumento ante la suba constante del costo de vida. En la Legislatura, en el reciente debate del Presupuesto, quedó al descubierto que pese a la fuerte presión fiscal, los recursos que se consiguen se pierden en muchos casos en gastos suntuarios, y no contemplan la demorada recomposición salarial en el sector público, que paga los sueldos más bajos del país. Sí se contempla en la ley presupuestaria, una autorización anticipada de un aumento en los sueldos de los diputados mandato cumplido de hasta el 82%, muy superior al que reclaman los trabajadores del sector. La Cámara, donde en las últimas sesiones fracasó el intento de abrir un canal de expresión, y buscar soluciones razonables a la protesta de los comerciantes contra la política impositiva; volvió a ser epicentro de polémicas, esta vez no sólo en la sesión ordinaria, sino en la Comisión de Recursos Naturales. En una muestra de una escasa habilidad y cintura políticas, el bloque oficialista se negó en ese ámbito a escuchar a una delegación de guardaparques y colonos de la Reserva de Biósfera Yabotí, quienes querían dar su punto de vista sobre la cuestionada construcción de un camino en plena reserva; proyectado por el propio Ministerio de Ecología en favor de una empresa privada. La decisión de retirarse de la reunión del presidente del bloque oficialista, el clossista José Dieminger, resultó no sólo antidemocrática, sino torpe, al ser causal que el proyecto que no se quería discutir en comisión, el miércoles, salte a la opinión pública y al pleno, en la sesión del jueves.Ya en el recinto, la polémica por la retirada impolítica del bloque oficialista de la comisión, derivó en un debate que arrojaría más luz sobre el fondo oscuro que subyace a la construcci&oa
cute;n de un camino para favorecer a un complejo hotelero a construirse en inmediaciones de la reserva. Es que, mediante un pedido de informes del diputado Bárbaro, se supo que el emprendimiento privado con el que colabora el gobierno pertenece a un conocido empresario maderero; quien es a su vez dueño de un proyecto ganadero que se lleva a cabo en plena zona protegida. El diputado sostuvo que se trata de un establecimiento ganadero de considerables proporciones, instalado -obviamente- gracias a la benevolencia del gobierno de Closs, que haría la vista gorda a esta explotación ilegal en favor de la misma firma a la que la gestión clossista pretende construir un camino. Como si esto fuera poco, el legislador que presentó el proyecto aseguró que el emprendimiento ganadero se hizo presionando la expulsión de numerosos colonos que vivían en la zona y debieron malvender sus chacras, quedando sólo siete aún en el lugar, “a quienes se les prohíbe tener siquiera una vaca lechera, y son presionados permanentemente por la empresa”, aseguró Bárbaro. El pedido de informes fue aprobado por la Cámara con el apoyo de todos los bloques, como ya ocurrió con otras iniciativas; las cuales quedan, por lo general, en poco más que una catársis simbólica; por la falta de respuestas del Ejecutivo.En la sesión anterior, la Cámara también dio lugar al escándalo y la polémica, esta vez con la división del voto de la bancada radical respecto al presupuesto de la Cámara. Curiosamente, el titular del bloque, el damianista Walter Molina, anunció el voto positivo de la bancada, primero, pero luego cambió sorpresivamente de idea, al oír al titular del bloque unipersonal del PRO fundamentar su voto negativo. En el interín, el clossista “Pocho” Nemeth enrareció el debate restando valía al voto opositor, dada la mayoría renovadora. El incidente llegó a interpretarse como una ruptura de la bancada ucerreísta, dado que los diputados Escalada, Losada y Pegoraro se mantuvieron en el sí original. El fuerte debate incluyó manifestaciones de Rovira desde su banca, en la que, entre otros conceptos, deslizó la posibilidad de subsanar por ley la actual subordinación financiera del Poder Judicial al Ejecutivo. El complejo tablero interno del radicalismo, a su vez, no se rompió, pero sigue en ebullición con fuertes divergencias internas.




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