POSADAS. El arte de Bernardo Neumann recorre el mundo y su profesionalismo, humanidad y entusiasmo lo llevan a ser convocado en distintos acontecimientos. En agosto de este año fue jurado internacional de fotografía en Sibiu, Rumania, donde estuvo invitado junto a otros grandes artistas. Su calidad de observación lo llevó a formar parte de una de las celebraciones más notorias del país. La policromía de Misiones siguió su recorrido en el mundo y se adueñó de la galería Latin Art, del centro de Praga, en el marco de la celebración de la iniciación de las relaciones bilaterales hace 90 años con la llegada de los primeros checos a la región.Soledad Ruiz Díaz reside en Praga desde hace años, y es la artífice de la muestra integrada de Pintura y Diseño, auspiciado por la Embajada Argentina en República Checa. Con la presencia del jefe de la Delegación Diplomática argentina en República Checa, autoridades consulares de otros países latinoamericanos e invitados especiales, en un acto cultural donde el tango argentino fue interpretado por una pareja de baile local, las empanadas y los vinos argentinos tampoco estuvieron ausentes y entre telas, colores y materiales diversos quedó inaugurada la muestra con una nutrida concurrencia, bajo la dirección de la administradora de la galería, Katherina Bohac Linares. Las explicaciones de los cuadros y de los diseños estuvieron a cargo de los autores Sol Ruiz Díaz, Fernando Muriel (argentino residente en Barcelona), Sandra Gularte y Bernardo Neumann. Compartieron así sus intenciones plasmadas en distintos soportes con los ilustres visitantes y público en general que en buen número colmaron las instalaciones.Una vez silenciadas las voces de la inauguración y en una jornada posterior, los autores nuevamente compartieron, en una charla menos formal, los argumentos de lo expuesto y se explayaron un poco más sobre la región de las misiones.Fue destacable el apoyo de la prensa checa a través de “Radio Praha”, que difundió las entrevistas de la periodista Dominika Bernathova en español.“Estar en Praga es estar rodeado de arte, belleza, de cultura, de respeto a lo público. Cada edificio es una obra de arte única, con estilos arquitectónicos que van desde el año 1100 hasta nuestros días…respetando cada propiedad su espacio y sin dañar el entorno; las iglesias vacías por falta de feligreses se yerguen monumentales y cobijan a orquesta y coros que cada día ofrecen a los visitantes un baño de arte y regocijo espiritual. Y con la contribución pueden mantenerse El Puente y Castillo de Carlos I; la Iglesia del Sagrado Niño, los monumentos a Kafka, la gran Galería Nacional así como el Reloj Astronómico y la rica historia”, recordó con entusiasmo Neumann.





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