BUENOS AIRES (NA). Con la llegada de Alejandro Vanoli al Banco Central, “se espera un manejo más coordinado de política fiscal y monetaria, pero con resultados inciertos”, vaticinó un informe difundido ayer por la Fundación Mediterránea.Según ese trabajo, “posiblemente el Banco Central pierda grados adicionales de libertad para tomar decisiones, cuya política pasaría a alinearse más estrechamente con los objetivos y preferencias que provienen del Ministerio de Economía”.En consecuencia, “a corto plazo pueden esperarse menores tasas de devaluación del peso en su valor oficial, mayores controles en los mercados alternativos de cambios y adicionales grados de restricción al uso de divisas oficiales para realizar importaciones”, de acuerdo con el informe.Además, la Fundación Mediterránea estimó que la política fiscal “mantendría su sesgo expansivo, considerando a la inflación como un problema secundario, pero habría mayores restricciones en el mercado de cambios para tratar de evitar que la liquidez se canalice hacia el dólar”.En ese sentido, advirtió que “una limitante severa para el logro de estos objetivos deviene de la creciente fragilidad del balance del Banco Central, con un activo en el que las acreencias contra el Gobierno nacional ya alcanzan al 66%”.En este marco, la entidad recordó que tras la reforma a la Carta Orgánica, en 2012, el Central “perdió independencia del poder político y del Ministerio de Economía”.En este sentido, indicó que Juan Carlos Fábrega “privilegiaba objetivos de contención en el crecimiento de la base monetaria y los precios, lo que implicaba compensar la creciente emisión de dinero para financiar al Tesoro Nacional con ventas de bonos que tendían a encarecer el costo del dinero, y por esta vía desalentando la actividad productiva”.“En el Ministerio de Economía las preferencias habrían sido por menores tasas, para no afectar negativamente la actividad económica, aun cuando ello significara mayor inflación”, añadió.Y puntualizó que en la coyuntura actual, “el presidente saliente muy probablemente hubiese optado por repetir una estrategia como la de enero pasado (devaluación) para intentar contener la suba del dólar blue y el denominado contado con liquidación. Devaluación intermedia del peso, apretón monetario y suba de tasas”.“Eso habría conducido a una mayor caída del salario real y el consumo masivo, aunque probablemente hubiese logrado calmar transitoriamente a los mercados de cambios y quizá contener la caída de reservas”, consideró el informe.





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