POSADAS. La conmoción se apoderó ayer por la mañana del barrio Tajamar, pegado al centro de la capital provincial, donde un joven mató a otro de 17 puñaladas en plena vía pública y ante numerosos testigos. Víctima y victimario habían compartido la noche en un local nocturno del microcentro capitalino y, cuando regresaban, discutieron porque el agresor intentaba entablar una relación con la hermana del agredido.Al menos esa es la principal hipótesis que se manejaba hasta anoche en torno al crimen de Alejandro Acosta (22), según pudo saber PRIMERA EDICIÓN. El supuesto asesino, Guille (23), y su presunto cómplice, “Brasilero” (30), fueron detenidos minutos después del hecho por efectivos de la Policía provincial. Ambos son empleados de una conocida verdulería de la avenida Tambor de Tacuarí y fueron detenidos a pocas cuadras de la escena del crimen.Este diario pudo saber que todo comenzó durante la madrugada de ayer, en momentos en que Acosta, “Guille” y un amigo común de ambos, de 18 años, regresaban después de pasar la noche en un local nocturno de San Lorenzo casi La Rioja. Habían llegado allí para festejar el día del empleado de comercio. En inmediaciones de una casa de juegos de azar emplazada sobre avenida Corrientes y Centenario, Acosta y “Guille” iniciaron una acalorada discusión verbal vinculada a que la víctima aparentemente se negaba a la relación sentimental que el presunto homicida intentaba iniciar con su hermana.Habría sido entonces que los protagonistas del pleito pasaron de las palabras a la acción. Al decir de varios testigos, Acosta le habría propinado varios golpes de puño a “Guille”, quien dolido en su orgullo decidió abandonar la escena y caminar hasta la casa de “Brasilero”, domiciliado a pocas cuadras.Acosta y su amigo continuaron camino hasta la chacra 251, a orillas del arroyo Mártires y en el oeste posadeño, aunque no lograron hacer más de cien metros que “Guille” volvió a la escena. Esta vez tenía más que sus manos para defenderse: había buscado un puñal de la casa de su conocido.Entonces se desató el drama. El joven alcanzó a Acosta en la intersección de avenida Corrientes y Marcelo T. de Alvear -en el límite entre el centro posadeño y el barrio Tajamar- y descargó toda su bronca. Le propinó 17 puñaladas que segundos después le provocaron la muerte. Todo ante la mirada atónita del vecino de la víctima y de otros transeúntes.Fue un automovilista quien auxilió a la víctima y su amigo al detener su marcha y dar aviso a la Policía. Efectivos de la comisaría seccional Segunda llegaron enseguida a la escena. A esa altura, Acosta ya había muerto.La tradicional esquina no tardó en llenarse de patrulleros y peritos de Criminalística. Los uniformados preservaron la escena hasta la llegada del magistrado Fernando Verón, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas.El informe del médico policial en el lugar de los hechos fue contundente: el cadáver presentaba al menos 16 lesiones cortantes. Había cuatro en la parrilla intercostal izquierda, una en el hombro, tres en el pecho y muchas más en la espalda. Los peritos creen que el asesino aprovechó la caída de la víctima, se le subió encima y la acribilló a puntazos. La saña fue tremenda e indescriptible. Inconmensurable.Detenciones y allanamientosEl alerta policial llegó también a la División Homicidios de la Dirección de Investigaciones Complejas, área encargada de la resolución de este tipo de episodios.Inmediatamente una comisión de esa dependencia se entrevistó con el amigo de la víctima, testigo clave, y con el resto de los transeúntes que observaron el episodio. Todos apuntaron directamente a “Guille”, empleado de una conocida verdulería del barrio Tajamar, emplazada sobre avenida Tambor de Tacuarí.Los detectives montaron entonces una sigilosa vigilancia en inmediaciones a la vivienda donde alquila el principal sospechoso, sobre calle Virrey Ceballos al 2.700, a poco más de dos cuadras de donde fue perpetrado el crimen.“No hice nada, estoy yendo a lo de mi mamá a tomar mate”, le dijo “Guille” a los investigadores. Llevaba un termo bajo el brazo. Pero los policías no le creyeron: en su casa hallaron un vaquero y una camisa con manchas que serían de sangre.La siguiente “visita” de la comisión policíaco-judicial fue también en el barrio, a una cuadra y media de donde los peritos trabajaban sobre el cuerpo de Acosta. En las casa de “Brasilero”, sobre Marcelo T. de Alvear al 2.600, se procedió a la detención del también empleado de comercio de 30 años, quien casualmente es compañero de trabajo de “Guille” en la verdulería antes mencionada.El segundo detenido también intentó esbozar una coartada similar, que se derrumbó una vez que los policías encontraron en el patio de su casa una ojota con manchas de sangre y, mucho peor, el puñal con el que su compañero le habría quitado la vida a la víctima. Todo fue remitido para pericias.Los dos detenidos quedaron a disposición del juez Verón, quien podría indagarlos en las próximas horas. El cadáver masacrado de Acosta fue trasladado a la Morgue Judicial de Posadas, donde se le realizó una autopsia. El examen forense confirmó que fueron 17 las puñaladas que recibió la víctima, una de las cuales le provocó daños irreversibles en el ventrículo derecho del corazón. “¡No, pará! ¡No me hagas más!”Mientras la hoja de acero se clavaba una y otra vez en su cuerpo, la víctima alcanzó a pedir piedad a su asesino. “¡No, pará! ¡No me hagas más!”, le dijo Alejandro Acosta al joven que se había abalanzado sobre su cuerpo y le quitaba la vida a puntazos.Así lo contaron testigos presenciales del hecho a las autoridades, aún shockeados por el dramatismo que debieron vivir en carne propia.El episodio ocurrió alrededor de las 6.40 en plena avenida Corrientes, cuando miles de personas circulaban para comenzar su jornada.





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