POSADAS. Cada vez que “El Mensú” Ramón Ayala regresa a la tierra colorada, una cierta magia se siente en el aire de cada lugar que lo recibe. Misiones suelta sus duendes y el hechizo sucede. El martes, artistas y trabajadores de la cultura se reunieron en el Centro Cultural Tavarandu, situado en la avenida Mitre de esta capital, para celebrar el avance del Proyecto de la Ley Provincial de Cultura Yaguareté que ese día el gran poeta entregó a las máximas autoridades provinciales en representación a los artistas misioneros.La noche contó con la bendición de la lluvia y, mientras los relámpagos iluminaban el cielo, artistas y amigos del Centro Cultural iban llegando al lugar. Nada los frenó, tampoco al genial “Mensú”, que llegó acompañado de su esposa María Teresa Cuenca y fue recibido con gran afecto por la responsable del Centro, Alicia Venialgo; y por Alejandro Ole Kowalski y Luis Stivala, entre tantos otros trabajadores de la cultura.De pronto, las melodías de “Posadeña linda” en la guitarra de “El Chapu”, músico formoseño que reside en esta capital, dieron lugar a la voz del creador de la emblemática canción y Ramón se llevó todos los aplausos. Vital y con un humor chispeante, Ayala abrió una noche de amigos, de brindis por los logros y por lo que aún queda por recorrer en la cultura y por la música. Luego compartió “Mi pequeño amor”, “El mensú” y “Alma de lapacho”. La ovación fue inminente y merecida. Mientras las empanaditas calientes llegaban a destino entre los presentes, en medio de un clima muy fraternal, siguieron pasando los artistas, con el acompañamiento de Cacho Bernal en percusión y “Chapu” en guitarra. Así llegaron Amanda de Colombia y Angel “Pato” García, que deleitaron al público con sus canciones y hasta el “Mensú” se puso a bailar con Amanda. Le siguió Susana Gala, que honró a Ramón Ayala con “El río vuelve” y él agradeció el gesto con una calido abrazo a la cantante, quien se despidió con el tango “La última curda”. Luego, Priscila se llevó los aplausos con una canción y dio lugar a Chapu, que hizo erizar la piel con su versión de “Recuerdos de Ipacaraí”, dedicada a su madre, quien estaba presente en el lugar. Entre anécdotas y gran alegría por el encuentro, los artistas dejaron a la luz que juntos es mucho mejor y que siempre es bueno celebrar, más aún cuando cuentan con la compañía de un grande como Ramón Ayala.





Discussion about this post