POSADAS. Un preso de 22 años se intentó quemar a lo “bonzo”, luego de ver frustradas sus intenciones de fuga de la Unidad Penal IV (Correccional y de Menores de Miguel Lanús), reveló una fuente. El violento y dramático episodio se registró el pasado jueves 18 de septiembre, sin embargo no fue informado oficialmente a la opinión pública por las autoridades del Servicio Penitenciario Provincial (SPP). No obstante PRIMERA EDICIÓN pudo averiguar que el joven que protagonizó el fallido escape, junto a otros dos cómplices, ingresó en el área de emergencias del hospital Ramón Madariaga ese mismo día. Hasta anoche se hallaba internado y con asistencia respiratoria mecánica (entubado). Presentaba el 50% de su cuerpo con quemaduras, con compromiso de las vías aéreas y estado reservado, precisó un vocero del caso.De acuerdo a las fuentes, aquel jueves tres internos armados con elementos punzo cortantes que serían similares a facas agredieron de forma imprevista a un grupo de guardias. Comenzó así una trifulca en los pasillos que separan los distintos pabellones de detenidos, donde se supo que al menos dos de los efectivos habrían resultado con lesiones leves. Fue entonces que los uniformados lograron reducir a dos de los sujetos que pretendían evadirse mediante una inusual y violenta emboscada. Un tercer reo corrió hasta una de las celdas y se encerró. Posteriormente se envolvió con un colchón y se prendió fuego, ante la atónita mirada de los demás presos y guardias. Por fortuna, fue liberado de las llamas que generó la combustión del citado elemento y fue trasladado en forma urgente al hospital central, donde ingresó en grave estado por las quemaduras que sufrió, según confió un portavoz del caso.Paralelamente, se supo que otro de los involucrados en el intento de fuga se cosió la boca con alambre como protesta y huelga de hambre, aunque nada se sabe de su actual estado de salud, debido al hermetismo con el que se manejan desde el SPP cuando se producen motines o revueltas.Por un ventiluzCabe recordar que el lunes 31 de marzo, bajo una torrencial lluvia y con algunos truenos que disimularon los ruidos, dos presos rompieron el ventiluz del pabellón. Mientras el resto dormía, ganaron el patio interno. Fueron directamente al muro perimetral, el último obstáculo que les quedaba. Ese fue el camino que siguieron dos jóvenes de 18 y 20 años durante la madrugada de ese día, según creen los investigadores. Estaban alojados en la Unidad Penal IV, de donde escaparon en medio de la tormenta. El menor se encontraba tras las rejas por un homicidio. El otro, por tráfico de estupefacientes. Cuando la guardia entrante llevaba adelante el recuento de internos, tal como sucede en las películas, el oficial a cargo se percató de que faltaban dos presos.Los penitenciarios descubrieron entonces que en la fila no estaban Maximiliano Fabián Álvez (18), acusado de un homicidio, ni Emiliano Cabello (20), también conocido con el nombre de Emiliano Matías Ozuna, tras las rejas por tráfico de estupefacientes. Una inspección ocular permitió determinar cómo fue la fuga. Las autoridades creen que los jóvenes aprovecharon la tormenta y quebraron el ventiluz de un pabellón. Tal como publicó este medio, tras la fuga fueron relevados los jefes de la UP IV.





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