POSADAS. Mañana será un día clave para definir el futuro de la conducción de la obra social del personal de la Universidad Nacional de Misiones (Unam). El Consejo Superior de la casa de altos estudios se prepara para debatir una polémica reforma impulsada por el reelecto rector Javier Gortari, quien pretende que los afiliados dejen de elegir al Consejo de Administración del Servicio Médico Asistencial Universidad Nacional de Misiones (Smaunam) y ser él quien digite los nombres y los cargos.Con poco debate y mucho desconocimiento en las unidades académicas, Gortari aprovechará la mayoría cosechada en las últimas elecciones en la Universidad para sumar una caja que en capitalización ya cuenta con unos 90 millones de pesos, “producto de una administración austera y responsable que generó un servicio social mucho mejor que una prepaga”, según destacan los detractores de la propuesta oficialista.Es más, éstos ven en la medida la intención de utilizar esa caja millonaria tal como la Nación lo hace con la Anses, incluso con antecedentes de principios de siglo, con la crisis del 2001, cuando Smaunam llegó a prestar dinero al Rectorado para pagar los salarios en tiempo y forma.En la historia reciente de la Universidad se registraron decisiones del Consejo Superior que -aún cuando fueron legales y resueltos por mayoría- estuvieron lejos de constituir un conjunto ético y transparente de procedimientos de decisión. En la comunidad académica está presente que hace pocos años (2008) unos cien funcionarios se repartieron 2,5 millones de pesos y cada uno se llevó entre 40 mil y 110 mil pesos, cuando la Unam había declarado su emergencia económica. El hecho se denominó “autopago”. Recientemente, también se cuestionó el cobro de alrededor de 50 mil pesos por parte del secretario de Bienestar Estudiantil de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado.Las reformas pedidasEntre los puntos de mayor preocupación se menciona la potestad de designación del presidente y el vicepresidente del Consejo de Administración de la Smaunam por parte del rector. Además, en el artículo 3, se dispone la creación de un Departamento de “Prestaciones Sociales”, sin que se expliciten sus funciones y atribuciones.En tanto, en el artículo 11 se propuso duplicar (de 4 a 8 años) la permanencia en el cargo de los integrantes del Consejo de Administración; en el artículo 17, transferir al Consejo Superior el poder de convocatoria para llenar las vacantes. En el estatuto vigente esa atribución corresponde al presidente de Smaunam y preocupa que la convocatoria esté subordinada a las circunstancias y/o intereses de pugnas faccionales. Finalmente, en el artículo 19 se propuso aumentar en uno el número de auditores (de cuatro a cinco), duplicar el período de permanencia en las funciones (de dos a cuatro años), además de la incorporación de un representante gremial docente.Posiciones en contraLos consejeros docentes de “Construcción Plural Universitaria”, en la persona de Hugo Amable, plantearon que la propuesta de modificación del Estatuto “se remita a las unidades académicas para que se debata amplia y abiertamente este tema que atañe sensiblemente a todos los claustros de la universidad. Lamentablemente, esto no se ha dado en todas las facultades”. Y dejaron en claro su oposición al cambio de manejo: “Planteamos que la designación del presidente y el vicepresidente del Consejo debe estar legitimada por la voluntad de todos los afiliados a Smaunam; que el Consejo de Administración tenga la mayor representación posible y que incluya una representación de los jubilados afiliados a la obra social, conforme fuera solicitado por ellos mismos; y que se llame a elecciones para el Consejo de Smaunam una vez consensuados estos aspectos”.Guillermo Serafín (consejero por el claustro de no docentes y miembro del Consejo de Smaunam) opinó ante PRIMERA EDICIÓN que “la modificación no ha sido justificada y explicada como se debe, si es que hubiera una razón. Por eso tomamos una actitud de socializar la iniciativa con los afiliados para tomar con ellos la postura que tomaremos en el Consejo”.Destacó que la capitalización de los 90 millones de pesos en la Smaunam “ha sido el resultado de varios años de administración austera sobre todo sin ir en desmedro de la atención. Pero las motivaciones no las puedo juzgar, aunque sí creo que debemos tener cuidado con los cambios, ya que una buena administración se mantuvo en el tiempo y debe ser el resultado de propuestas donde los afiliados voten. Así se legítima la administración con modelos que se elegirían con el voto y candidatos que los propongan”.Finalmente, se refirió al préstamo que la obra social hizo al Rectorado años atrás para pagar salarios: “Esto no es común, pero se ha hecho en un momento de crisis importante donde la obra social tenía reservas. Se dio un anticipo financiero para que los empleados cobraran sus haberes”.





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