BOGOTÁ, Colombia (AFP-NA). Los colombianos están atesorando en alcancías monedas de 1.000 pesos (poco más de cuatro pesos argentios), las de mayor denominación, lo cual dificulta su circulación y complica la actividad económica.“Las personas están acumulando en las alcancías monedas de 1.000 pesos”, dijo el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero. “Eso crea una presión sobre el resto de la moneda fraccionaria, (…) pues cubrir una moneda de 1.000 que escasea equivale a recopilar cinco de 200, 10 de 100 o 20 de 50”. Según Botero, “esto es crítico para el comercio”, pero también está complicando a choferes de autobuses, taxistas y cobradores de peajes. Recordó que por ley las tiendas deben disponer de cambio para sus clientes.Ante esta situación, no es raro escuchar en Bogotá la frase: “Vamos a tener que romper los marranitos (alcancías)”, cuando un cajero no encuentra monedas de 1.000 pesos y debe devolver a su cliente varias de 200 o 100 pesos.“Se acabó la moneda fraccionaria y eso coincide con la suspensión del billete de 1.000 (pesos)”, dijo Botero, quien pidió al Banco de la República (central) volver a imprimir billetes de ese valor.Por su parte, el emisor confirmó en un comunicado que “la alta demanda de moneda metálica que se ha observado recientemente está relacionada con el atesoramiento (…) de las monedas de 1.000 y 500”.El Banco de la República dejó de emitir billetes de 1.000 pesos hace pocos meses, luego de reintroducir la moneda de ese valor en 2012, por la mayor duración del metal sobre el papel.





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