POSADAS. La orden municipal en Alba Posse que prohíbe que los chicos menores de 15 años deambulen “sin destino fijo” por la calle luego de las 22 horas de lunes a viernes desató una verdadera polémica en el ámbito local y provincial tras su publicación en exclusiva en PRIMERA EDICIÓN del lunes. A ello hay que sumarle la repercusión mediática que tuvo esta semana en los medios nacionales, incluyendo el análisis y voces de distintos sectores públicos y privados, con puntos de vista disímiles, a favor y en contra.Sin embargo, ayer sobresalió una opinión en especial, por la condición de quien la emitió y porque hizo “un guiño” a la medida puesta en práctica por el intendente Nelson Carvalho: fue nada más y nada menos que la de la presidenta de la Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.Es que la decisión del alcalde misionero de instaurar un “toque de queda” para los menores abrió el debate sobre la necesidad de recomponer el orden en nuestra sociedad, y en ese marco es que Carlotto consideró necesario respetar las normas de convivencia y aseguró que “el orden razonable dentro de la ley no es represivo”.Aunque no está abiertamente a favor de la medida, recordando que en la Argentina “tenemos dictaduras desde 1930”, apuntó que “lógicamente el orden tiene que existir. No el orden de los cuarteles ni el silencio de los cementerios, sino una sociedad educada como en el resto del mundo”.“Este tipo de medidas se van a seguir tomando mientras no tengamos una conciencia conciudadana”, dijo en declaraciones a radio La Red de Buenos Aires. En este sentido, Estela de Carlotto puso como ejemplo otras sociedades donde “se acatan las normas de convivencia con total naturalidad”.En ese sentido, la titular de Abuelas recordó que en un viaje al exterior llegaba tarde a un acto y el auto que la trasladaba cometió una infracción y un vecino lo denunció. “Eso puede caer mal, pero en realidad hay conciencia de que ese auto que dobló mal puede matar a alguien”.“Hay normas que vamos a tener que ir incorporando cada uno de nosotros de manera total, el respeto por el otro. No hay necesidad de ningún acto de violencia para expresar las diferencias”, advirtió.Carlotto recordó así sus años como directora de escuela para defender que “si uno en el colegio no pone orden, se vuelve loco, los chicos no aprenden y los maestros renuncian. Debe haber un orden, no de cuartel, sino cariñoso, como en una familia. El papá y la mamá ordenan: si los chicos empiezan a mandar a los tres o cuatro años y hacen lo que quieren, después se complica su vida”, sentenció. Inusitado protagonismoEl jefe comunal de Alba Posse, Nelson Carvalho, confirmó en diálogo con la prensa nacional lo dicho a este diario en su nota del lunes: que la orden emanada prevé el traslado de los supuestos infractores a una sede policial y un aviso a los padres para que los retiren. La medida “se cumple sin excepciones”, remarcó Carvalho y fundamentó su decisión en la necesidad de evitar “la drogadicción, el alcoholismo y la vagancia”. Al defender su iniciativa, aseguró que logró “tranquilidad para muchísimos padres que agradecen porque los chicos rebeldes fueron controlados”.Con respecto a los cuestionamientos, el alcalde definió que personalmente se siente “el segundo padre de todos los chicos de Alba Posse” y adelantó que “voy a hacer todo lo necesario para cuidarlos y evitar que algo les pase”.





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