MENDOZA (NA). La compañía Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA) pidió al gobierno de Mendoza que la declare en proceso preventivo de empresa en crisis y ahora busca despedir a unos 215 trabajadores, ante una fuerte caída de su producción y deudas en el exterior. El pedido fue presentado por la compañía ante la Subsecretaria de Trabajo mendocina y la próxima semana habrá una reunión clave entre las autoridades provinciales, la empresa y los sindicatos del sector en el Ministerio de Trabajo de la Nación, en Buenos Aires. Esa reunión estaría encabezada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su par de Industria, Débora Giorgi. Según la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la compañía ya despidió a unos cien operarios en lo que va del año y ahora pretende cesantear a más de 200, alegando que acarrea inconvenientes financieros. La firma informó al Gobierno mendocino que sus dos plantas ubicadas en esta provincia están operando al 40% de su capacidad instalada debido al escaso éxito en ganar licitaciones dentro del país y una deuda importante en negocios realizados en el exterior. IMPSA cuenta con cinco centros de producción, de los cuales dos están en Mendoza, otros dos en la ciudad brasileña de Suape y el último en Lumut, Malasia; en todos ellos advirtió estar en crisis severa. En Mendoza, la falta de producción de la metalúrgica Pescarmona implica un parate en la actividad de otras 600 pequeñas y medianas empresas mendocinas, las cuales son proveedoras directas o indirectas de esa firma.Ahora, si es declarada en crisis, la compañía podrá abonar el 50% del total de las indemnizaciones de los 215 trabajadores en 12 cuotas.





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