BUENOS AIRES (DyN). La toma del predio ubicado en el barrio porteño de Villa Lugano comenzó a fines de febrero, cuando un grupo de familias con problemas habitacionales ocupó terrenos linderos al Parque Indoamericano, y finalizó ayer, días después del crimen en ocasión de robo de la adolescente Melina López.El 25 de febrero, unas 200 familias ocuparon el predio ubicado en Pola y avenida Cruz, lo que inició una serie de disputas entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad sobre las responsabilidades en la liberación de la toma.Al otro día de la usurpación, en la que murió Fernando Soto de 32 años, quien fue asesinado por un vecino mientras se disputaban las tierras, el fiscal penal y contravencional Carlos Fel Rolero dispuso por primera vez el desalojo pacífico del predio.En tanto, dos días después de la toma, fue la Justicia porteña la que ordenó la liberación inmediata del terreno lindero a la Villa 20.Sin embargo, el desalojo quedó finalmente suspendido por orden del juez contravencional Gabriel Vega, quien en su resolución ordenó una nueva instancia de diálogo que permitiera resolver la situación habitacional de las cientos de personas.En aquella oportunidad, el rechazo al desalojo también fue apoyado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que exhortó a autoridades de la Ciudad y de la Nación, y a la Justicia de la Ciudad, a resolver los problemas de vivienda de los vecinos. Dos semanas después, el asentamiento fue bautizado por los vecinos como barrio Papa Francisco, lo que fue bendecido por el párroco local Franco Punturo, quien ofició una misa en el lugar.En abril, vecinos de Villa Lugano comenzaron a denunciar que en el predio se estaban realizando construcciones de material, a pesar de que todavía seguía vigente la orden de desalojo.Por esos días, el barrio de 12 hectáreas ya estaba habitando por más de 500 familias que contaban con un tendido de luz precario, abastecimiento de agua y antenas de televisión digital.El 14 de junio, ante las reiteradas denuncias de vecinos por secuestros extorsivos, violaciones y otros delitos ejecutados en el lugar, la Gendarmería realizó un allanamiento en el predio usurpado, en el que secuestró varias armas blancas y de fuego. Durante el operativo ordenado por el juez en lo Penal y Contravencional de la Ciudad Norberto Tavosnanska secuestraron un revolver calibre 22 y una Itaca; y armas blancas, como machetes y facas.Tiempo después, en medio de la denuncias por la presencia de narcotraficantes y otros delincuentes que encontraban en la toma un lugar liberado para esconderse tras sus ilícitos, unos hombres ingresaron a robar en la casa de una mujer embarazada, identificada como Sonia Angles, quien perdió a su bebé de siete meses de gestación tras recibir un disparo.Tras la muerte del vecino durante la delimitación de tierras del predio y del bebé por nacer de la joven de 23 años, otro crimen despertó la indignación de los vecinos de Villa Lugano, quienes salieron a la calle para reclamar que se cumpliera con la orden de desalojo dictada a pocos días de la usurpación.El crimen que desembocó en el desalojo ejecutado durante la madrugada de ayer fue el de Melina López, la adolescente de 18 años que fue baleada en la cabeza el martes 19 de agosto mientras iba caminado con su novio frente al barrio Papa Francisco.Testigos denunciaron que tras el crimen, los delincuentes huyeron con la cartera de la joven y se metieron dentro del asentamiento.Finalmente, ayer por la mañana un operativo de la Policía Metropolitana, con apoyo de fuerzas federales, avanzó en el desalojo y en el derribo de casillas del predio, en un proceso que se inició seis meses atrás.“Se cobró tres vidas”El secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, remarcó ayer que el predio que había sido usurpado en Villa Lugano “se cobró tres vidas” desde febrero y advirtió que “da vergüenza que la justicia actúe por presión de los medios y no por hechos de los que tienen que dar respuesta”.De esa forma, el funcionario nacional vinculó los operativos de desalojo ordenados por la jueza Gabriel López Iñiguez con el crimen de la joven Melina López, perpetrado el martes durante un robo en la zona cercana al sitio usurpado, lindero a la villa 20.“Este asentamiento se cobró la vida de tres personas”, dijo Berni en alusión al crimen de López y las muertes de un hombre de apellido Soto en febrero y el bebe de una mujer embarazada en julio durante enfrentamientos armados en el predio que se había llamado Villa Papa Francisco.Berni destacó que el operativo conjunto de desalojo “se desarrolló con total normalidad” y explicó que “el trabajo se dividió en dos tareas, la policial que es el desalojo en si mismo y luego la orden de la jueza al gobierno de la ciudad para asistir y dar asistencia sanitaria y social”.“Estuvimos trabajando (con la ciudad) toda la noche desde las 2 las fuerzas de Gendarmería ingresaron muy temprano” al predio, añadió.El secretario apuntó que “todos sabíamos la peligrosidad del lugar” y señaló que el peor sector era “la línea que separa el predio de la villa 20”.Berni manifestó “mucha tristeza” por las tareas porque, dijo, “esto se podía haber evitado” hace muchos meses, cuando comenzó la toma.“Sabíamos que había personas muy peligrosas ahí adentro, por eso la responsabilidad de entrar al lugar mas conflictivo fue de Gendarmería para neutralizar todo intento de violencia para que la metropolitana o pueda ingresar con normalidad”, añadió el funcionario.Además, en diálogo con la prensa, renovó sus críticas a las demoras del Poder Judicial al señalar que “la justicia trabaja más presionada no por los acontecimientos, los hechos lamentables, sino por la presión que le mete los medios de comunicación”.





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