MONTECARLO. El proyectil ingresó por debajo de la quinta costilla y se metió directamente en el pulmón derecho. La distancia de disparo, de entre dos y tres metros, y el lugar en el que ingresó el balazo fueron determinantes para que Héctor Helmut Knott (47) perdiera la vida unos pocos minutos después. Unos centímetros más abajo y el desenlace pudo haber sido otro.La autopsia confirmó que el empresario citrícola y yerbatero de origen suizo murió a raíz de un shock hipovolémico, esto es, un profundo sangrado. Así lo confirmaron ayer fuentes de la investigación a PRIMERA EDICIÓN, en relación con el violento asalto que genera aún conmoción en la provincia.Al examen forense se le suman las vainas servidas recolectadas en la casa de la calle Urquiza de Montecarlo para confirmar que Knott fue ultimado con un arma calibre 22 milímetros, quizás un revólver. Y de ese análisis también surge que los delincuentes le dieron un “culatazo” que le dejó una protuberancia con escoriaciones detrás del pabellón auricular izquierdo.El dato del calibre del arma no es menor. Es que ese tipo de proyectil, disparado justamente a esa distancia, tiene grandes probabilidades de ocasionar la muerte. “Esa bala ingresa al cuerpo y ‘trabaja’ a la par del ritmo cardíaco, provocando gravísimos daños internos”, explicó un especialista en tiro de la capital provincial.Y eso fue lo que pasó con Knott. El disparo le destrozó el pulmón derecho y provocó un profundo sangrado interno que no le dejó al corazón posibilidades de continuar con su función circulatoria. Menos todavía si se tiene en cuenta que el hombre corrió varios metros en busca de ayuda, hasta que cayó desvanecido cerca de la casa de una de sus empleadas. Allí lo encontró muerto la Policía.Ante esta situación, todo apunta a que los delincuentes perdieron el control de la situación en momentos en que intentaban llevar a Knott como rehén. Y la principal hipótesis es que el ciudadano suizo quiso escapar y fue entonces que recibió el disparo mortal en la espalda.Sin detenidos, sigue la búsquedaPor otra parte, en la tarde de ayer recuperó la libertad el único demorado por el caso, primo de la víctima, quien había sido primeramente interceptado por los delincuentes. En su poder se halló una veintena de armas de fuego y en principio los detectives creían que podía tratarse del “entregador”, aunque con el transcurrir de las horas finalmente desecharon esa teoría. Así las cosas, efectivos de la comisaría de Montecarlo, de Criminalística y de la Brigada de la Unidad Regional III, con asiento en Eldorado, junto a hombres de la Dirección de Investigaciones de la Policía provincial y miembros de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial trabajaban anoche en el caso. El radio de búsqueda que en principio se había establecido en Montecarlo y la zona de colonias se amplió ayer hacia las localidades cercanas, en busca de los delincuentes y la camioneta Chevrolet S-10 del primo de Knott en la que huyeron los maleantes.El terror se apoderó de Montecarlo y la zona el último sábado cerca de las 17.30, cuando tres delincuentes -dos encapuchados y uno a cara descubierta- interceptaron al primo de Knott y su familia cuando salían del predio donde convivían con la víctima, sobre calle Urquiza, a unos 300 metros del Campo de Deportes Municipal de Montecarlo.Los delincuentes obligaron al hombre a regresar a la vivienda y allí fue cuando se cruzaron con Knott, al que buscaban. Tras encerrar a sus familiares en el baño de una de las tres viviendas del predio, comenzaron a exigirle unos 300 mil pesos de la venta de un camión que había traído en uno de sus tantos viajes a Suiza, donde trabajó 24 años y hasta donde debía viajar en los próximos días para tramitar su jubilación.Como la víctima sólo les entregó 30 mil pesos, los ladrones decidieron tomarlo como rehén. No se sabe entonces qué sucedió, aunque todo apunta a que Knott intentó escapar y fue en ese momento que recibió un balazo mortal en la espalda.





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