POSADAS. Los conjuntos de Edmonton (Canadá) “Verkhovyna y Dunay”, brillaron con su espectáculo de danzas y música ucranianas en la sede de la Asociación “27 de Agosto”, en su paso por la tierra colorada enmarcado en la gira que llevan a cabo por Argentina y Brasil, el martes pasado.Alrededor de las 21, con un salón colmado y un público ansioso por disfrutar de la magia que prometía el grupo internacional, las luces se apagaron y una voz en off, en idioma ucraniano, comenzó el relato de lo que sería una gran historia con la que muchos, de una u otra manera, se sintieron identificados.Y entonces, en un musical que nada puede envidiar a las grandes obras de Broadway, el ballet “Dunay”, con todo el aporte del coro “Verkhovyna”, narró la vida de Maxem.El joven, que había pasado su niñez rodeado de las tradiciones que envuelven a su pueblo, descubrió, a través de la tecnología, que había un mundo a su alcance y muchachos y muchachas de otras latitudes, despojados de expectativas paternas, le parecieron libres y felices, entonces decidió volar.Sus padres, tristes por su decisión, y Vira, que sentía por él el más sincero amor, lo despidieron entre lágrimas, con la esperanza de que algún día regresaría.Maxem subió al tren con su valija y una “holubka” (pequeña paloma blanca de porcelana) que Vira le había obsequiado. Finalmente, llegó a la ciudad, alquiló una modesta habitación, que vistió con fotografías de la infancia, y, al cabo de unos días, consiguió un empleo.Maxem recorrió las calles llenas de luces brillantes y tentadoras ofertas, visitó bares y espacios para “recrearse”, pero la soledad se apoderaba de todo su ser.Una noche una pesadilla lo dejó sin aliento: negros espíritus lo atosigaban y, cuando logró despertar y la penumbra se desvaneció poco a poco, tomó su “holubka” y esperó el amanecer pensando en su hogar.Cuando el sol mostró sus primeros rayos, el joven, como hasta entonces, enfrentó a la muchedumbre y concurrió a trabajar. En la oficina todo era bullicio, problemas, papeles, urgencias, a los que Maxem decidió escapar.Corrió por las escaleras, pasó por su habitación, recogió sus pertenencias y se dirigió a la estación, donde abordó el primer tren que lo regresaría a su hogar.Finalmente, quedaron atrás los grises edificios, los muros con graffiti y la basura que volaba por los aires y las grandes extensiones de campos y la vida rural se presentaron ante sus ojos. Sin embargo a Maxem lo atormentaba el “qué dirán”, que pensarían de él sus amigos, sus padres, Vira. Cabizbajo y avergonzado, arribó a su pueblo, caminó intentando no llamar la atención hasta su hogar y allí lo recibió su familia.“Desde el principio le podría haber dicho que no abandonara su propio hogar. Pero yo no podía mostrarle lo que él no quería ver solo. Él tenía que descubrirlo por sí mismo. En los momentos más sombríos de nuestras vidas, el camino más verdadero hacia la luz es el camino de la experiencia de vida. Esta luz nos señala a aquellas personas que son más necesarias en nuestras vidas, a las personas que más amamos y en las cuales confiamos, con las que podemos contar, apoyarnos en nuestros momentos más difíciles y a las personas que siempre nos darán la bienvenida. Así es, siempre lo dije, siempre estuve convencido de que Maxem se iría a conocer a ese nuevo mundo y regresaría a sus propias raíces. Y, al igual que muchos jóvenes anteriores a él, así mismo lo hizo”, expresó la voz en off, con la dulzura con la que solo un padre habla de su hijo.Danza y músicaTras un pequeño recreo de diez minutos, tras los cuales el público se ubicó prolijamente en sus asientos y los niños regresaron a su espacio reservado frente al escenario, con pequeñas sillitas en las que permanecieron quietitos durante todo el espectáculo, los conjuntos “Verkhovyna y Dunay” deleitaron a los presentes con danzas y coros de las distintas regiones de Ucrania.Con saltos y elementos acrobáticos y bellas canciones, con las que incluso el coro interactuó con el público, cuando el director enseñó a los presentes el estribillo de un tema, la Asociación Ucraniana “27 de Agosto” se vistió de fiesta.Obviamente también estuvo presente la tensa situación que se vive en Ucrania y las vidas que los combates se llevaron hasta la fecha, que se honraron con un sentido minuto de silencio y con el deseo en el corazón de cada uno de los presentes para que la paz reine en la región y en cada hogar ucraniano.





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