POSADAS. Con un llanto desgarrador, Felicia Insaurralde, una tarefera luchadora incansable desde hace más de tres décadas en la zona del Alto Paraná, más precisamente en Montecarlo, se quebró en un diálogo con PRIMERA EDICIÓN y relató cómo viene sorteando dificultades a lo largo de los últimos cinco años, desde que comenzó a sufrir los descuentos del salario por parte de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).Lo hizo mientras se cumplen 72 horas de una huelga de hambre de los tareferos apostados frente a la sede del organismo, sobre la calle 3 de Febrero de Posadas.“Salimos de Montecarlo el sábado pasado y hoy hace nueve días que estamos lejos de nuestra casa. Mañana (por hoy) es el Día del Niño y yo no pude estar al lado de los míos, que están allá en casa. Me duele como mamá no poder estar con ellos, pero si yo no lucho, ¿quién lo hará por mí? Soy la mamá y quiero lo mejor para ellos”, susurró la mujer mientras las lágrimas acariciaban su mejilla y sus ásperas manos temblaban, fiel reflejo de la impotencia y el dolor ante tal situación. “Misiones no es la hermosa”, replicó, “acá se pasa hambre. Acá en nuestra tierra colorada mueren chicos desnutridos, acá hay necesidad, los tareferos somos explotados. Nosotros somos la parte más sufrida. Tratan de mostrar todo el costado bueno de la provincia, pero es sólo para unos pocos, para aquellos que tienen plata. Nosotros no hacemos turismo interno”, lamentó.Con los pies visiblemente ampollados de tanto caminar, la mujer se preguntó en un momento de la nota: “¿Será que la gente de la Anses no tiene hijos? No le duele pensar que hoy, mientras ellos están compartiendo con los suyos, nosotros ni un abrazo podemos dar a los nuestros?”. Felicia, con cuatro hijos, es la mujer que se despierta todos los días a las cuatro de la mañana para marchar a tarefear a los inmensos yerbales del Alto Paraná. Una de las tantas víctimas de descuentos de los salarios por el organismo. “A veces vuelvo a las tres de la tarde para traerles el pan de cada día a mis hijos. Ni formación académica tengo, ¿cómo la Anses puede imaginarse que vamos a tener la preparación para estafar a nuestros patrones o cobrar algo que no es nuestro? Me descontaron cinco años del salario de mis hijos y era el pan de ellos”, señaló.Una decena de trabajadores rurales -varios de ellos en huelga de hambre, como último recurso ante sus incansables reclamos de percibir el cobro de los salarios que les fueron descontados por la Anses- es la que se encontraba acampando en la vereda de la calle 3 de Febrero, a metros de la intersección con Córdoba, al cierre de esta edición. Todos ellos, decididos a continuar con la medida, hasta que sean notificados de una respuesta alentadora, de que percibirán hasta el último centavo de los salarios.Varias agrupaciones sociales de diferentes sectores de la sociedad asistían constantemente a los tareferos en el lugar. También recibieron en las últimas horas la visita del obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez.





Discussion about this post