PARAJE DOS HERMANAS. Una nueva denuncia salpica al oficialismo de Andresito, en esta ocasión un grupo de trabajadores que se desempeña en una chacra localizada en la zona rural de Dos Hermanas en Bernardo de Irigoyen, donde denunciaron estar sometidos a “trabajo esclavo”, además de la sospecha de extracción sin permiso de madera nativa. El predio mencionado figuraría legalmente arrendado por una concejala de la renovación en el municipio vecino de Comandante Andresito y su esposo, presidente de una entidad agropecuaria, a quien los trabajadores apuntaron como el responsable de las maniobras ahora denunciadas ante organismos oficiales nacionales.Oscar (22) es uno de los trabajadores que encontró PRIMERA EDICIÓN debajo de las precarias carpas y relató que “estamos acá desde mediados de abril y esa carpa en la que estamos la compramos nosotros, porque ni siquiera eso nos dieron. En estos casi cuatro meses apenas percibí alrededor de 2.000 pesos (un promedio de 500 pesos mensuales). Quien nos contrató nunca más dio la cara, cada vez que reclamamos un pago nos dice que va a venir, pero no aparece nunca”.Consultado acerca de la función que desempeña, explicó: “Nosotros estamos contratados para machetear, estamos en negro, pero hay también otro grupo que está dedicado a cortar la madera nativa e inclusive están haciendo tablas y otros que cuidan el ganado. Este lote es muy grande y estamos separados por función”.Carlos trabajaba en Buenos Aires, pero ante problemas de salud de su madre, no dudo en venirse hasta acá para estar cerca de ella y trabajar de lo que sea: “El 14 o el 15 de abril comencé a trabajar acá, yo soy techista y trabajaba muy bien en Buenos Aires, pero mi mamá está muy mal de salud, necesita un marcapasos y me vine para acá. No conseguía trabajo de nada y mi primo me presentó a quien me contrató, pero después casi no lo vi más, estamos en negro y no cumple los compromisos, te va dando puchitos y puchitos, pero nunca te paga lo pactado. Nosotros tenemos que vivir bajo carpa, con colchones tirados sobre el piso o maderas y aguantar estas condiciones, pues por más que reclamamos no nos da respuesta. ‘Acá manda el que tiene plata’ llegó a decirnos”, denunció el trabajador.Finalmente, Sandro (38), otro de los obreros del campamento, relató a este matutino: “Llevamos casi cuatro meses acá y sólo pudimos ver tres veces al patrón. El otro día, cuando estaban tumbando monte, cayó un palo sobre nuestra carpa, la rompió y se nos mojó toda la mercadería y los colchones también. Tuvimos que reponer nuestra carpa y nuestra mercadería de fiado porque nadie se ocupó de nosotros, a pesar de los reiterados pedidos que hicimos”.Los trabajadores se animaron a realizar la denuncia correspondiente ante los organismos encargados de controlar el trabajo rural. Sin la espectacularidad de operativos anteriores, las delegaciones de la Nación en la zona no dieron ningún parte oficial. Mientras, los trabajadores esperan respuestas.





Discussion about this post