MONTECARLO. Héctor Helmut Knott (47) tenía pensado regresar a Suiza en los próximos días para tramitar su jubilación. Había trabajado 24 años en aquel país, pero hace dos debió regresar a la Argentina por la muerte de su padre, uno de los pioneros de Montecarlo.Fue en ese último desembarco que el ciudadano suizo trajo desde Europa un camión de última generación que meses atrás vendió por unos 300 mil pesos. Para los investigadores, ésa es una de las claves detrás del violento robo que conmueve a la provincia. Es que, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, antes de matarlo los ladrones le exigían esa suma de dinero, en una clara muestra de que conocían los movimientos del productor citrícola del norte provincial.“¡¿Dónde están los 300 mil?!”, preguntó una y otra vez el cabecilla de la banda que irrumpió en el predio de la calle Urquiza, el último sábado por la tarde, según el relato de las víctimas. Knott entregó entre 20 y 30 mil pesos que tenía en la casa, demasiado poco comparado con lo que pedían los ladrones. Por eso habrían montado en cólera y decidido escapar con la víctima como rehén, a la que luego ultimaron de un disparo en el pecho cuando intentaba huir.Esa arista deja en claro que el oscuro trío realizó trabajos de inteligencia previa y hasta pudo haber contado con un “entregador”, quien ofreció el dato de lo que Knott había cobrado por la venta del rodado de transporte.Por eso es que los investigadores no tienen dudas. No se trató de delincuentes improvisados, sino de un grupo organizado que, además del trabajo de inteligencia, cuidó hasta el más mínimo detalle: los tres tenían puestos guantes de lana y cuerina -similares a los utilizados por los motociclistas en épocas de frío- para no dejar huellas dactilares en la casa de los Knott.Los sobrevivientes del salvaje robo aseguraron que el trío hablaba con marcado acento lugareño y que la banda tenía un líder, quien portaba un arma larga similar a un rifle y era quien dirigía las acciones del grupo. Los otros dos tenían revólveres y prácticamente no pronunciaron palabras a sus víctimas.Allanamientos y detenciónFuentes policiales señalaron anoche que fue detenido un hombre mayor de edad en averiguación del hecho. De acuerdo a las primeras pesquisas el sospechoso era empleado de Knott. Este presunto involucrado fue aprehendido en su domicilio del barrio Las Flores de Montecarlo. Trascendió que la comitiva judicial-policial ya había incautado numerosas armas de fuego y de distintos calibres, entre ellas armas de puño y largas (entre las que figura una carabina y posiblemente un rifle). Al cierre de esta edición el operativo continuaba y no se descartaba el hallazgo de otros elementos que puedan ser de interés para la causa. Mientras tanto, se realizaba un importante operativo en busca de otros posibles implicados y de la camioneta Chevrolet S-10 robada a la familia. Como se informó ayer, todo comenzó alrededor de las 17.30 del sábado en la chacra de Knott, sobre la calle Urquiza, a unos 300 metros del Campo de Deportes Municipal y a 1.500 de la avenida principal de Montecarlo.El primo de Knott, de apellido Báez, junto a su mujer y una hija, salían a bordo de una Chevrolet S-10 gris -propiedad de Báez- cuando el conductor vio a una persona en el acceso principal al predio.Pensando que se trataba de un empleado, se bajó y salió a su encuentro, pero entonces el desconocido extrajo un arma de fuego y sin previo aviso comenzó a dispararle a los pies para demostrarle que no era un juego. No llegó a provocarle lesiones.Fue en ese momento que los delincuentes se hicieron con el control de la situación. Allí mismo tomaron como rehén a Báez, su mujer y su hija y los obligaron a regresar hacia una de las tres viviendas existentes en el predio.En medio de ese camino fue que los forajidos se toparon con Knott y otro hijo de Báez, quienes escucharon los disparos y salieron a ver qué ocurría. Los cinco fueron conducidos bajo amenazas al interior de la casa. Allí, los Báez fueron encerrados en el baño, mientras que el ciudadano suizo fue conducido por los distintos ambientes del inmueble en busca de los dólares.Todo apunta a que Knott llevó a los delincuentes hacia una suma de entre 20 y 30 mil pesos. Les dijo que no tenía más. Entonces, el trío montó en cólera y decidió llevarse como rehén al productor a bordo de la S-10 de su primo.Los delincuentes salieron por el acceso principal y retomaron la calle Urquiza en dirección al norte. No se sabe con certeza lo que sucedió luego, aunque la teoría principal indica que cerca del cruce Cuatro Bocas la situación se descontroló y, en medio de un presunto intento de escape, Knott recibió un impacto de bala sin orificio de salida en la espalda.Con sus últimas fuerzas, la víctima corrió hacia el acceso secundario al predio y llegó hasta la vivienda de una de sus empleadas, donde se desvaneció y cayó muerto. A esa altura, el primo de Knott y sus familiares no sabían lo que había sucedido. Solamente vieron pasar la Chevrolet nuevamente por calle Urquiza, pero ahora en dirección al sur, es decir, hacia el centro de Montecarlo. El alerta llegó enseguida a la comisaría de Montecarlo y una comisión encabezada por el propio comisario Héctor Araujo no tardó en llegar a la zona y confirmar la veracidad de la información.Enseguida se dispuso un megaoperativo que rodeó la zona mediante la implementación de varios anillos de seguridad. No se sabía hasta anoche si los delincuentes habían logrado quebrar ese cerco o siguen ocultos en algún punto oscuro de la zona.Ayer continuaba el trabajo de los efectivos de la comisaría local, a los que se sumaron hombres de la Unidad Regional III de Eldorado y de la Dirección de Investigaciones de la Policía provincial. En total eran unos 70 hombres quienes trabajaban en el caso, varios de a pie y una veintena a bordo de motocicletas. También participaba en ese trabajo el helicóptero de la Provincia, según explicaron las fuentes.El objetivo principal de los detectives es obviamente el de conocer el paradero de los sospechosos. Y en ese sentido, resultaba vital en las últimas horas dar con la camioneta Chevrolet S-10 gris en la que escaparon los malvivientes, ya que allí se podrían hallar elementos de importancia para el expediente. Un regreso frustrado a EuropaHéctor Helmut Knott (47) era hijo y nieto de pioneros de Montecarlo. De nacionalidad suiza, trabajó durante 24 años en aquel país, hasta que en 2012, ante la muerte de su padre, regres&
amp;oacute; a la Argentina para administrar los negocios familiares.La familia es propietaria de incontables hectáreas de cítricos, principalmente pomelo y limón, aunque también explota plantaciones de yerba mate.Las fuentes confirmaron que Knott ya tenía todo listo para viajar a Suiza en los próximos días a los fines de tramitar su jubilación en aquel país. Tal es así que en la vivienda la Policía encontró su pasaporte y 200 dólares en el interior, todo listo para emprender la travesía hacia el Viejo Continente.Ya tenía hasta los pasajes de avión comprados para el viaje, pero entonces se interpusieron en el camino tres delincuentes que acabaron con su vida y golpearon a la tradicional familia montecarlense.





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