La semana no termina de la mejor manera para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El paso de los días no generó señales positivas en lo económico ni en lo político. Al procesamiento del juez Lijo por la compra de la exCiccone, el vicepresidente Amado Boudou sumó otra medida similar, pero esta vez del magistrado Claudio Bonadio, por la supuesta falsificación de documento público. Y Boudou con el ala dura del kirchnerismo, se niega a dar un paso al costado en lo institucional como en lo político.En la puja con los fondos buitres, la Argentina realizó un reclamo formal al gobierno de Barack Obama, al que pidió acepte la instancia de La Haya para dirimir la cuestión de la deuda, sin la participación de Griesa. Nuestro país alegó “violación de sus inmunidades soberanas”, escrito que fue girado desde el citado Tribunal internacional al Gobierno norteamericano.Para un sector de la oposición, la acción del Gobierno tiende a buscar hacer tiempo para recalcular los pasos a seguir para no profundizar la crisis.Con una demostración clara de fastidia tras la denuncia argentina, el jueves que pasó, Griesa volvió a convocar a las partes, manifestando un llamado de atención a la administración kirchnerista por sus abiertas críticas; llegando a advertir que podría declarar al país en desacato si no se impulsa el pago de la deuda.Mientras tanto, la agencia oficial Télam, fue casi la única que divulgó la noticia que la misma entidad que declaró al país en default, ahora se retractó en una segunda votación realizada en la Asociación Internacional de Derivados y Swaps (Isda). Sin embargo, la novedad no generó el impacto esperado en la economía ni en la política, la verdadera intención de la movida mediática.Sin ser “Amado” Boudou, lejos de las críticas y de recomendaciones que partieron no sólo de la oposición sino hasta de algunos sectores oficialistas, no abandonó esta semana la presidencia del Senado. Acción que le valió tener que escuchar durante varios minutos, que los principales referentes opositores en dicho cuerpo le recriminaran no tomar licencia o al menos, no presentarse para presidir las sesiones de las Cámara alta.La decisión política llamó la atención, incomodó a algunos kirchneristas e hizo levantar a los senadores que no comulgan con el oficialismo de la sesión donde se esperaba la exposición habitual del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien quedó en el medio del tire y afloje entre los legisladores.Hubo varias lecturas sobre esa sobreexposición de Amado Boudou. Una de ellas, da cuenta que la orden de bajar al recinto habría partido de la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con el fin de mostrar que el Gobierno lo respalda en su cargo frente a la embestida judicial y opositora. La segunda, también con origen en la Residencia de Olivos, vincula a la orden presidencial con exponer al vicepresidente procesado en el ojo de la tormenta para que la atención mediática se dirija a su figura y accionar, para dejar en un plano menor los problemas de la economía y la falta de salida a la negociación con los fondos buitres en Nueva York.Conocido el procesamiento de Bonadio, las redes sociales volvieron a explotar de críticas al segundo en el orden institucional del país con pedidos incluso de renuncia. Hecho que provocó el silencio del procesado.Esta semana, nuevamente, la mirada estará puesta en los movimientos que dará Boudou ya que CFK tiene previsto visitar a Cartes en el Paraguay cediendo el timón de mando del barco que navega por aguas turbulentas.“El” nieto recuperadoNo sólo por lo que significa para una persona conocer su verdadera identidad, su origen y su familia biológica, la aparición de Ignacio “Guido” Hurban conmovió al país. Y le dio un respiro al kirchnerismo en la agenda pública.La figura de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto -de conocido apoyo a la gestión de la presidenta- hizo que la aparición de su nieto buscado desde hace 37 años fuera tomada como una “acción de gobierno”.Hurban (cuyo apellido biológico es Montoya) habría sido criado por un matrimonio de caseros de una estancia cuyo dueño falleció en marzo y habría oficiado de entregador. De profesión músico, se convirtió en el nieto 114 que recupera su identidad. Sin embargo, por la incidencia de Estela de Carlotto, se lo expuso (tal vez más de lo que debían) como “el” nieto entre el centenar aparecido. La diferenciación, no cayó bien siquiera entre las organizaciones de derechos humanos. La que marcó públicamente el detalle fue Hebe de Bonafini, la cristinista presidenta de “Madres de Plaza de Mayo”. “Amamos a nuestros hijos apasionadamente. De la misma manera amamos a los hijos de nuestros hijos. A todos los nietos los queremos igual y todos, para nosotros, son lo mismo. No hay diferencias”, sentenció Bonafini, sobre el final de los siete minutos de discurso pronunciado el jueves, con la total indiferencia que aplicó al evitar toda alusión a los Carlotto. Romero no se vaEn Oberá, tras convertirse en una polémica nacional, el Gobierno suspendió y luego se vio obligado a restituir al director Jorge Romero de la Epet 3, quien se mantuvo en la postura de no admitir a cuatro alumnos acusados de robarle la moto a otro compañero de la institución. La orden de sancionar partió del presidente a cargo del Consejo de Educación y a la vez ministro de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Luis Jacobo.Pero el fuerte acompañamiento de docentes, alumnos y padres (que incluyó la toma del establecimiento y la realización de marchas de protesta) torció el brazo del gobierno educativo. Dejando como el único responsable de la situación a Jacobo. En el Centro Cívico posadeño comentaron que el multi-funcionario no estaba ni contento ni a favor de la medida que resolvieron entre operadores de la Rosadita y de la UDPM. Al punto que mañana, Jacobo recibiría a los familiares de los cuatro chicos que deberán abandonar la Epet 3 para dejar en claro de qué lado está.En la comunidad educativa obereña, la frase que más se escuchó el viernes fue: “Se hizo justicia”.Buscando votosEntre los candidatos presidenciables kirchneristas en danza, llegó el primero a la tierra colorada. Y dejó con sabor a poco al electorado que siguió expectable sus palabras. Fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien hizo pie en Misiones mezclando la tarea oficial con la proselitista.En “La Florería” (como se denomina al grupo de seguidores)
dicen no haber quedado conformes con el recibimiento del Gobierno renovador. Esperaban que tal vez Maurice Closs diera un guiño a las aspiraciones presidenciables de Randazzo. Y se encontraron con críticas por cuestiones irresueltas.Aunque, justificaron la actitud clossista en que el mandatario misionero tiene aspiraciones de compartir un futuro gabinete del gobernador bonaerense Daniel Scioli. Y a la vez coquetea con Urribarri y manda emisarios al massismo mientras aguarda si Kicillof se suma al lote oficialista.DescontentoMientras Closs define si patea el tablero renovador, su candidato a presidente y su futuro político sin reelección; un grupo de alcaldes oficialistas espera respuesta en acciones, frente a lo que consideran estar “solos, sin acompañamiento del Gobierno provincial”.Los jefes comunales componen la Comisión de Desarrollo Estratégico Integral de Municipios. Son parte de los que cuestionaban el accionar del Ministerio del Agro en manos de Néstor Ortega, entre otros, porque ningún funcionario provincial se hacía cargo de los conflictos que se generaban en el interior. Ahora, con la llegada de José Garay al Agro, esperan un gran gesto de su parte en el sentido de sacar a los funcionarios a las chacras; que el exalcalde de Dos de Mayo -por haber sido Tesorero de la Codeim- no haga lo que se le reprochaba a los demás funcionarios.





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