MONTECARLO. El terror se apoderó en las últimas horas de Montecarlo, donde ayer por la tarde tres delincuentes encapuchados y fuertemente armados acabaron con la vida del hijo de uno de los pioneros de la localidad, quien recibió al menos un disparo en la espalda cuando intentaba escapar de sus captores, que lo habían tomado de rehén tras asaltar a su familia.Fuentes de la investigación le confirmaron a PRIMERA EDICIÓN que la víctima fatal fue identificada como Héctor Helmut Knott (47), con domicilio en Montecarlo pero de nacionalidad suiza, país desde el que había regresado meses atrás, en uno de sus tantos viajes a Europa. El hombre tenía varios emprendimientos a su nombre en la localidad y también cobraba una jubilación de la Confederación Helvética.Efectivos de la comisaría de Montecarlo y de la Unidad Regional III de la Policía provincial, con asiento en Eldorado, trabajaban anoche intensamente en busca de los delincuentes, que escaparon a bordo de la camioneta de la víctima. Ante la hipótesis de que los malvivientes sean de origen paraguayo, las autoridades patrullaban también anoche la zona del río Paraná.Último intento por sobrevivirLas fuentes informaron que todo comenzó alrededor de las 17.30 frente al predio de la familia Knott, emplazado sobre la calle Urquiza, en la zona suburbana de Montecarlo, a unos 300 metros del Campo Municipal de Deportes. Allí el trazado es de tierra, irregular y con plantaciones y pinos a los costados.A esa hora Knott, su hija, uno de sus hermanos y su cuñada salían rumbo a un supermercado para hacer las compras de la semana cuando fueron abordados por tres delincuentes encapuchados que aguardaban en uno de los laterales del camino.Los malandras encañonaron a sus víctimas y bajo amenazas de muerte las obligaron a regresar a una de las tres viviendas emplazadas en el predio. En una de ellas viven los Knott, en la otra una segunda familia y en la tercera, el cuidador del lugar.Al interior del primero de esos inmuebles habrían ingresado dos de los tres sospechosos, quienes le exigieron a la familia la inmediata entrega de dinero en efectivo y elementos de valor. Los investigadores creen que, ante la negativa de los rehenes, los malvivientes dispararon varias veces al aire. En principio, no se habrían llevado objetos de interés, aunque una versión que circulaba anoche hablaba de que se habían alzado con pesos argentinos, dólares y euros.De una u otra manera, lo cierto es que los delincuentes se habrían enfurecido con la familia y decidieron marcharse, aunque llevándose como rehén a Héctor Knott. Se subieron a la camioneta Chevrolet S-10 de la víctima y se perdieron entre la vegetación de la zona.Apenas se marcharon los ladrones, la familia dio rápido aviso a la guardia de prevención de la comisaría de Montecarlo. Enseguida arribaron al lugar uniformados de esa dependencia, quienes montaron un intenso rastrillaje por la zona en busca de los malhechores.La peor noticia llegó unos pocos minutos después, cuando los policías se toparon con Knott. Estaba muerto y tenía al menos un disparo en la espalda. El cadáver fue hallado a unos 200 metros de la vivienda familiar, aunque por el segundo acceso del predio.Para los detectives de la fuerza provincial, Knott se resistió en la camioneta y logró escapar, aunque los ladrones mostraron plena sangre fría y le descerrajaron al menos un disparo, que impactó en el dorsal del hombre. Al parecer, la adrenalina que corría en su sangre le permitió continuar a la carrera algunos metros más. Por eso creen que intentó regresar junto a los suyos, pero la muerte lo sorprendió antes, cerca del predio de la calle Urquiza.Anoche, al cierre de esta edición, efectivos de la comisaría de Montecarlo y de Criminalística de la UR-III trabajan en la escena mediante la realización de pericias, que podrían resultar claves para obtener datos de los asesinos. Cítricos, autos y las bases de una sociedadHéctor Helmut Knott (47), quien murió ayer en un sangriento asalto con toma de rehenes, era hijo de uno de los pioneros de la localidad, quien sentó las bases de lo que hoy es la sociedad montecarlense.En los archivos de PRIMERA EDICIÓN está guardada la fotografía de Helmut Knott padre, que data de mediados del siglo pasado y muestra al hombre en pleno trabajo rural.La historia cuenta que Knott llegó a Montecarlo desde Leandro N. Alem a bordo de un “carro polaco” tirado por bueyes, por caminos prácticamente intransitables que hoy dieron lugar al asfalto, las veredas y la “civilización”. Era la década de los cuarenta y el hombre tardó varios días para llegar a la casa de uno de sus parientes. Es que los Knott tienen una larga tradición que comienza con el inicio mismo de Montecarlo.Como se observa en la imagen, Knott trabajó duro y fue el primero en introducir las plantaciones de cítricos en la zona. Su fama le permitió trabajar los años siguientes junto a científicos dedicados a mejorar la producción y la calidad de las frutas.Sin embargo, más allá de la tierra, la pasión de los Knott también se acercó desde siempre a la “pasión fierrera”.Varios años después, con el emprendimiento exitoso, logró juntar algo de dinero y se dio el gusto de competir en las principales categorías regionales de Turismo Nacional. En ese sentido también fue uno de los pioneros y, justamente por eso, en mayo pasado la Municipalidad local decidió homenajear su nombre en una de las fechas del Campeonato Misionero de Rally que se disputó en las picadas montecarlenses.Ya sus familiares directos habían comenzado a dar los primeros pasos de una sociedad pujante como la de Montecarlo. Sin embargo, ayer se conoció la dura noticia, que afectó a toda la localidad y conmovió a los más cercanos. El apellido Knott volvió a estar en boca de todos, pero esta vez no por la humildad, la calidad de persona o el ejemplo de “Don Knott”. Lamentablemente fue por el crimen de uno de sus hijos en manos de tres delincuentes.





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