POSADAS. “Cansada pero feliz”. Así se mostró Susana Scandali, la periodista marplatense que, apenas enterada de las consecuencias de la terrible crecida del río Uruguay, movilizó a sus conciudadanos y recolectó un camión con donaciones para los damnificados. Ayer el transporte llegó hasta El Soberbio y Colonia Aurora, donde la comunicadora se contactó con los inundados y pudo palpar la realidad que hace un mes había observado a través de las fotografías. A su paso por la capital misionera, la secretaria de redacción del diario La Capital, de La Plata, contó cómo surgió la propuesta, en momentos en que la Argentina toda estaba pendiente del desarrollo del Mundial de fútbol de Brasil. Manifestó que había observado el fenómeno por televisión pero que “mucho estado público no había tomado porque estábamos en plena Copa del Mundo. Como vi que el movimiento para ayudar a la gente era casi nulo, en el diario -en el que trabaja hace 35 años- sugerí que hiciéramos algo. Y cuando pregunté a mi amigo y colega misionero si la iniciativa le parecía correcta, me respondió: ‘todo sirve’”. Fue así que Scandali comenzó a trabajar junto a su colega Daniel Villarreal, que para cargar las donaciones puso a disposición un carretón que utiliza para la construcción de su vivienda a través del Programa de Crédito Argentino (Procrear). “Es que nos parecía que íbamos a recolectar pocas cosas, pero al poco tiempo empezamos a darnos cuenta de que la situación se nos iba a escapar de las manos. ‘Esto es mucho’, le dije. Me contestó: ‘No tengas miedo, dejá que crezca y después vemos’. Dejamos crecer y en dos semanas tenía en mi casa un camión de ropa”, describió.Sentir en carne propiaLa solidaridad puesta de manifiesto era tal que el último día, un poco antes de que el camión viniera a buscar los bultos, Villarreal vació dos carros más, cargados de cosas hasta el tope. Es que la conexión que posee con la gente del mundo del espectáculo de Mar del Plata hizo que muchos se ofrecieran a realizar funciones solidarias con el fin de recaudar ayuda para los hermanos misioneros. Así, dijeron presente, entre otros, los integrantes del circo, teatristas y una institución de yoga, que a través de la colecta “Desnudá tus pies para abrigar los pies descalzos de los misioneros”, llenó una bolsa de medias de todos los colores y tamaños. Cuando el camión completó la carga y se puso en marcha “estábamos con mis hijos y un grupo de chicos amigos, y comenzamos a aplaudir, a gritar y a llorar. Es que decís ‘mirá lo que se logró’. Fue comprobar que la gente de Mar del Plata es capaz de sentir en carne propia lo que le pasa a un hermano a tantos kilómetros de distancia. Eso es maravilloso. Y yo puedo decir que me siento con una satisfacción inmensa de haber podido ser un granito de arena en esta iniciativa”. Para la periodista, recibida en 1976 en la Universidad Nacional de La Plata, la misión estuvo cumplida desde el momento en que el camión llegó a destino. “Me invitaron a que fuera a recorrer la zona y me pareció fantástico, porque soy periodista. Está bueno hacerlo, pero si no lo hacía, igual estaría bien porque confiaba en que una vez que estaba acá, se distribuiría bien”, destacó.Para Scandali, debe haber un lazo importante entre Mar del Plata y Misiones porque “cuando nos dimos cuenta, había dos campañas más que tenían como destino la tierra roja. Una de ellas salió hace dos semanas hacia escuelas de El Soberbio y a ese grupo le entregamos cinco bolsas con guardapolvos que nos habían dado”. Recordó que en la década de 1980 se registró una inundación en el sur de la provincia de Buenos Aires y “fue muy fuerte ver en Mar del Plata a 600 personas evacuadas en el subsuelo del estadio donde hace poco se había disputado el Mundial de fútbol”. Por lo general “nos olvidamos facilmente del día después. Muchos creen que bajó el agua y ya está. Y no es así. Cuando baja el agua hay que empezar de vuelta. Yo no me olvido porque recorría los barrios y veía ropa lavada con agua que no estaba en condiciones, colgada en tendederos infinitos. Había sábanas, ropas de chicos y colchones que esperaban ser secados al sol. Por eso, uno tiene que poner el hombro cuando puede”, reflexionó Scandali, quien se definió como una “enamorada de mi profesión”, a la que “le debo todo”.





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