POSADAS. Una vivienda que funcionaba como productora de conservas (dulces, pickles, etcétera) y también como fábrica de plásticos fue clausurada ayer por las direcciones municipales de Bromatología y Medio Ambiente de esta capital. En el primer caso, por irregularidades y por no estar en las condiciones óptimas de trabajo y en el segundo, porque directamente no estaba habilitada para trabajar, es decir, lo hacía de forma clandestina.Desde hace por lo menos un mes, vecinos que habitan sobre la calle Derqui entre las avenidas Urquiza, Lavalle y Leandro N. Alem radicaron denuncias por los ruidos molestos y el humo negro y denso que salían a diario de esa vivienda. Cansados de intentar que esto cesara, por medio de la Comisión Vecinal comenzaron a radicar en la Comuna local las denuncias correspondientes. Con la recepción de esas presentaciones, la Dirección de Bromatología y de Medio Ambiente de la Comuna realizó ayer una nueva inspección al lugar y clausuró las dos actividades. Es que en la primera inspección que realizaron, los propietarios no los dejaron ingresar a la vivienda. “En esta oportunidad, y ante las reiteradas negativas del propietario de dejarnos acceder a la propiedad, acudimos con el personal policial y dimos intervención al Juzgado de Faltas correspondiente. El señor tiene una fábrica artesanal de dulces y conservas, entonces fuimos a las dos direcciones a responder a la denuncia de los vecinos y nos encontramos con que la fábrica de dulces no estaba en estado óptimo, tenía ciertas irregularidades en cuanto a la forma de trabajar, la clausuramos preventivamente y se hizo cesar la actividad de la fabricación de los dulces hasta que se corrijan las falencias que habíamos detectado. Pero también tiene allí una fábrica de moldes de plástico: fabrica estructuras de plástico a pedido, llámese tanques, columnas, banquetas, estantes, todos en plástico”, explicó Miguel Basiliades, director de Contralor Bromatológico de la Municipalidad capitalina. El funcionario explicó que “la queja de los vecinos era que había humo negro que se producía al quemar el plástico. Se procedió a la clausura de la fábrica, que no estaba habilitada. Además, las denuncias de los vecinos fueron específicas por ruidos molestos en horarios de descanso, en este caso la siesta, y el humo negro que contaminaba el aire”. Ahora, todo quedó en manos de la Justicia de Faltas.





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