LA HABANA, Cuba (AFP-NA). Cuba firmó un contrato con Rusia para fabricar cuatro generadores para la central termoeléctrica de Mariel, primer paso de un ambicioso programa de diversificación y modernización de la matriz energética, que requiere unos 10.000 millones de dólares en financiamiento externo.Los cuatro generadores asegurarían la energía para la zona industrial que se levantará en torno al nuevo megapuerto de Mariel, 50 km al oeste de La Habana, como parte de un programa nacional de desarrollo eléctrico hasta 2030. La producción restante se agregaría a la red nacional.Este ambicioso programa, que requiere unos 10.000 millones de dólares, busca aumentar la generación del país de los 18.746 gigawatts/hora actuales a 30.299 el año 2030, reducir la alta dependencia del petróleo y abaratar los elevados costos de producción.“Eso cuesta, con el dinero que tenemos, no lo podemos hacer, eso hay que hacerlo con fuentes de financiamiento externas”, dijo el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, quien explicó que la isla debe conseguir créditos o inversiones para llevar adelante este plan.China también podría participar en este empeño, pues el presidente chino, Xi Jinping, anticipó que durante su visita a La Habana esta semana se acelerarán “los pasos de cooperación en los sectores prioritarios” para Cuba, entre los que mencionó la construcción de infraestructura y energía.El acuerdo de los cuatro generadores (cada uno de 200 megawatts), con un crédito ruso de 1.600 millones de dólares, fue suscrito en la reciente visita del presidente Vladimir Putin a Cuba, en el marco de su gira latinoamericana, con el fin de cuadruplicar la capacidad de la central Máximo Gómez de Mariel, que ahora tiene una potencia de 300 MW y aporta el 12,8% de la generación nacional. El plan contempla cambiar la actual matriz energética, de un 95,7% de generación con petróleo y 4,3% de fuentes renovables, a 76% y 24% respectivamente.El déficit de energía eléctrica en los años 90, que causó apagones de 16 horas al día, fue uno de los signos más visibles de la crisis económica que sobrevino en Cuba tras la desaparición de la Unión Soviética, en 1991.Tanto de la visita de Putin como del programa eléctrico cubano se desprende que seguirá suspendido el viejo proyecto de energía nuclear que Cuba inició en los años 80 con apoyo de la Unión Soviética en Juraguá, cerca de la ciudad de Cienfuegos, centro-sur de la isla.





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