POSADAS. En poco más de dos meses, la Justicia Correccional y de Menores cerró la investigación por el crimen de Cristian Mendoza, el joven de 18 años ultimado de un balazo por la espalda en un altercado callejero en Garupá, y la causa está lista para ser elevada a la instancia de debate oral y público, indicaron fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN. El único imputado, que ahora quedó a un paso del juicio, fue identificado en su momento como “Picu” De Freitas. Fuentes de la causa indicaron, prácticamente desde el momento de su arresto, que el joven, de 17 años, tenía antecedentes por episodios violentos.PRIMERA EDICIÓN publicó incluso fotos que él mismo subió a Facebook, donde aparecía con distintas armas de fuego.Ayer, este Diario supo que la fiscal Yolanda Mazal de Mass solicitó que el expediente sea remitido a la instancia de debate, en la que De Freitas deberá responder por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.De esta manera, convalidó la investigación que llevó adelante el juez en lo Correccional y de Menores, César Raúl Jiménez.Especialistas en la materia explicaron a este Diario que De Freitas podría recibir, de acuerdo con la ley 22.278 y su modificatoria 22.803, “entre un tercio y la mitad de la pena que le correspondería a un adulto”.Por ende, el joven, en caso de ser declarado responsable, podría recibir entre cuatro y doce años y medio de prisión.Ante el juez de la causa, De Freitas y sus amigos, que lo acompañaban la madrugada del crimen, intentaron imponer la hipótesis de que Mendoza estaba armado o portaba un machete. La Justicia no se dejó llevar por esa coartada y estableció que no había elementos para sostenerla, que se trataba de una mera argucia defensiva para oxigenar la situación procesal de De Freitas.Tres amigos de éste fueron beneficiados con la falta de mérito y otros dos declarados inimputables, en virtud de que tienen menos de 16 años, consignaron las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN. Hacía ostentación de su manejo de armas Dice un viejo adagio popular que “A las armas las carga el diablo”. “Picu” De Freitas solía mostrarse en la red social Facebook con armas de fuego de distinto calibre, manipulándolas como si se tratara de un militar altamente entrenado.En la primera oportunidad que tuvo la utilizó, sin sentido, irracionalmente, como actúan las bestias.Creyéndose más guapo que los otros jóvenes que estaban enfrente, sacó la pistola calibre 22, que aparentemente llevaba en la cintura, y abrió fuego.Los testigos de la causa aseguraron que escucharon dos disparos, pero sólo uno de los proyectiles alcanzó a Cristian Mendoza, quien la noche de su muerte tomaba tereré con tres amigos.El informe médico forense estableció que el plomo provocó lesiones irreparables en él.“Me dio, me dio”, habría dicho antes de llegar hasta la puerta de la casa de su abuela, donde se desplomó agonizante.Un vecino y la abuela lo llevaron al hospital, pero arribó sin signos vitales, concluyeron los pesquisas.





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