El propio Vaticano tuvo que salir a aclarar, en las vísperas de la histórica visita del papa Francisco a Tierra Santa, que el telegrama que había mandado el sumo pontífice a la presidenta Cristina Kirchner por la celebración del 204º aniversario de la Revolución de Mayo no era una “carta trucha”, como se había supuesto por declaraciones del nuncio papal; sino una misiva protocolar redactada en el estilo protocolar que se estila en la Santa Sede. Insustancial en sí mismo, el revuelo que armó la confusión de un religioso, a partir de que el telegrama había sido definido como “una carta del Papa Francisco a Cristina” resulta, no obstante, significativo como registro de la temperatura que se vive en el escenario político. Donde nada escapa a un debate que -probablemente de aquí a octubre del año próximo- se cierra sobre supuestos, gestos, síntomas y símbolos, más que sobre hechos puntuales.No hay dudas de que el Papa Francisco es hoy un protagonista más que relevante del escenario internacional y, por ello, se entiende que sean muchos los políticos que se interesen en referenciarse en su ascendente prestigio, o que pretendan capitalizar políticamente sus acciones u omisiones.La figura del Papa, sin embargo, difícilmente termine sumándose a alguna parcialidad en las elecciones; y está claro que las posturas que en su momento asumiera Jorge Bergoglio en el tablero político local no son idénticas a las que puede desenvolver el Papa, jugando en una cancha mucho más importante, en la que tiene que responder a una feligresía de mil millones de personas, diseminadas en distintos países y continentes. Fuera del momentáneo affaire del presuntamente falso primero y luego verdadero mensaje papal, en los últimos días se activó el trámite del juicio político al fiscal Federal José María Campagnoli, una iniciativa que muestra la intención del gobierno nacional de, sino proteger a figuras de su entorno fuertemente sospechadas, como el empresario kirchnerista Lázaro Báez; al menos tratar de disciplinar y disuadir a los funcionarios judiciales que se atreven a actuar con independencia en casos controvertidos, en los que asoma la estela de la corrupción institucional. Bajón de la industriaEn la situación de la economía, el dato más relevante que ven los analistas en la actualidad es el desaceleramiento económico y las presiones sobre la situación del empleo; dato paradójico en un contexto en el que, con las negociaciones paritarias cerradas, lo normal sería ver una economía estabilizada y en proceso de retomar la senda activa. La creciente preocupación por el salario tiene que ver con la caída de la actividad industrial confirmada oficialmente, pero también con la tendencia inflacionaria, que llevaría a que el año cierre, como mínimo, en un 25% anual. Los aumentos de precios, en tanto, ya consiguieron superar a la suba del salario nominal que se desprende de las paritarias, evidenciando el bajo impacto del programa Precios Cuidados. Esto implica una pérdida en el valor real del salario que pesa en las economías familiares. Al contrario que las multas del programa de control de precios, que se aplicaron nominalmente por más de 35 millones de pesos, pero hasta hoy el Estado no cobró ni un centavo. El propio Indec, un organismo monitoreado de cerca por el gobierno kirchnerista, informó esta semana que la actividad industrial registró en abril una baja del 4,2% respecto de igual mes del año pasado, con lo cual acumula un receso de 3,5% en los primeros cuatro meses. De acuerdo con estos datos difundidos por el Gobierno, desde enero de 2009, cuando hubo una caída del 5%, no se registraba una variación interanual negativa superior de la producción fabril. La caída de la producción se registró en la rama automotriz y metalmecánica, que fue de 20 y 17,1% respectivamente; además de la elaboración de químicos básicos 11,4%; 9,4% elaboración de azúcar y 9,5% de yerba mate; 8,1% neumáticos; 6,5% manufacturas de plásticos; 6,3% de productos lácteos; 3,5% en materiales plásticos; 2,2% en papel y cartón, entre otros. Si bien la sangre aún no llega al río, los síntomas de pérdida de empleo y retroceso de la actividad son para tener en cuenta y merecerían una mayor atención del debate político.Dólar a los saltos En este contexto, la suba -en la semana- de la cotización del dólar blue (que bajó luego al cierre del mercado), reforzó la impresión de que, en consonancia con las ya citadas señales de desaceleración económica, la eventual modificación de las tasas del BCRA y la finalización de los ingresos de dólares de las cerealeras, entre otros datos de la coyuntura; en adelante el tipo de cambio ya no permanecerá planchado como el los dos últimos meses. El Gobierno salió al cruce de lo que consideró una embestida desestabilizadora del establishment financiero; pero, no obstante, se ocupó de analizar la evolución de las variantes financieras en una reunión en la Casa Rosada, el martes, con la presencia de la presidenta, los ministros Kicillof y Capitanich; Juan Carlos Fábregas, del BCRA; y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El cónclave sirvió, de paso, para que los ministros desmintieran las insistentes versiones sobre disonancias entre Economía y el Central. Agua para el fiscoA nivel provincial, en conferencia al término de la última sesión de la Cámara de Diputados, Carlos Rovira habló sobre la gestión del agua en la provincia, anunciando que para el año que viene se incorporará al Presupuesto provincial la recaudación que ingresará al Estado, por el uso de ese recurso vital. “También pasaremos la gorra a los industriales para que paguen por el agua que utilizan”, anticipó, dejando en el tapete un tema que deberá aclararse en el futuro en más de un aspecto. El anuncio de una nueva fuente recaudatoria, reitera la política del gobierno renovador de intensificar las fuentes de ingresos del Estado sin contemplar, al menos en muchos de los casos -como la suba de impuestos al sector comercial- el impacto en la actividad. Cuando el anuncio del cobro del agua como insumo se explique en detalle, se sabrá si será un factor distorsivo en los costos industriales y del sector productivo.Mayor desempleoSí, en cambio, está probado el “apriete” impositivo en el sector comercial y sus efectos lesivos para con la actividad. Tras la confirmación d
e la fuerte suba del desempleo en Posadas que casi se triplicó en tres meses; esta semana, la Cámara de Comercio posadeña salió, precisamente, a reclamar nuevamente por la asfixia impositiva y a pedir con urgencia el fin del distorsivo régimen de “pago a cuenta” que implementa la DGR. Lo hizo advirtiendo que se pueden profundizar las consecuencias negativas en el sector que más empleos genera. El documento de los comerciantes enfatizó que los constantes aumentos de impuestos y tasas municipales y provinciales impactan en los precios de productos y servicios y, finalmente, presionan sobre el poder adquisitivo del consumidor.Al punto que los mismos comerciantes, pidieron al gobierno de Maurice Closs una “racionalización del gasto público”, para lograr aumentar salarios estatales que se vuelquen a mejorar las ventas comerciales. Ese pedido, evidencia que la gestión provincial en el ocaso, sigue lejos de eliminar gastos superfluos para volcarlos a políticas que reactiven la economía local.El sector comercial, pidió “claras políticas del Estado provincial y municipal, que beneficien la generación de empleo y el crecimiento del sector privado como motor genuino de la actividad económica misionera”. Por el contrario, el comercio hoy corre el riesgo de convertirse en el principal expulsor de trabajadores del sistema formal, por falta de medidas que lo sostengan en medio de una coyuntura económica cada vez más difícil se sobrellevar.Tras el llamado de atención del empresariado posadeño, el gobierno renovador prefirió el silencio. Típica reacción de un gobierno que teatraliza el diálogo intersectorial y ajusta los mecanismos de recaudación, pensando en cómo llegar a 2015 sin importar las consecuencias.




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