SAN PABLO, Brasil (Medios Digitales). El Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) brasileño anunció una serie de protestas que denominó “Junio Rojo” durante el Mundial, que centrará la atención global sobre Brasil dentro de 20 días, cuando comience a rodar el fútbol y la selección local se enfrente a Croacia en el estadio Itaquerao de Sao Paulo.El coordinador el MTST, Guilherme Boudous, anunció una serie de protestas el mes que viene en demanda de que el gobierno expropie un terreno baldío, cercano al Itaquerao, donde acamparon 5.000 familias sin techo, según consignó el diario Folha de Sao Paulo.Hace dos semanas, la presidenta Dilma Rousseff conversó con miembros del MTST en el Itaquerao cuando prometió analizar el tema y no descartó la posibilidad de que se expropie el terreno donde fueron montadas tiendas de campaña y un comedor colectivo.“Si la opción de la empresa constructora (propietaria del terreno) y del gobierno es tratar este reclamo como un caso policial, va a haber resistencia… Si ellos quieren una copa con sangre la van a tener”, prometió Boudous luego de una marcha del MTST el jueves, con cerca de 15.000 personas.La protesta contra la Copa copó el centro de Sao Paulo y los medios locales estiman que fue la más concurrida en lo que va del año. Los activistas marcharon por tercera vez en contra del Mundial, en una medida de fuerza que contó con el apoyo del Movimiento País Libre, organizador de las marchas de junio del año pasado, y del Comité Popular de la Copa, que programó otras marchas de resistencia al torneo que empieza el 12 de junio. Además, ayer hubo una protesta de maestros en Río y una huelga del transporte en las afueras de San Pablo.El más poluído de la historiaDurante 45 días, el mundo entero estará pendiente de lo que ocurra en el Mundial de Brasil. Sin embargo, más allá del aspecto futbolístico, el desarrollo de un torneo de esta envergadura también tiene consecuencias secundarias. Una de ellas corresponde al factor ambiental.Con relación a esta problemática, en la Copa del Mundo se incluyen desde los efectos de las distintas construcciones hasta la renovación de los 12 estadios. A esto también se le debe sumar el movimiento de 3,7 millones de turistas que llegarán a Brasil para asistir a los partidos.Asimismo, la FIFA reconoció que este evento producirá cerca de 2,72 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. Esto, sin tener presentes las obras en estadios e infraestructura, ni los millones de televisores que serán encendidos para seguir día a día cada uno de los partidos.Una de las mayores fuentes de emisión contempladas por el estudio realizado por el máximo organismo del fútbol mundial es el transporte internacional, que equivale a casi 84% del total de emisiones. En los estadios, en tanto, la electricidad, comida, residuos y construcciones temporarias suman casi 10 por ciento.No obstante, si se excluyera el factor del transporte, de todas formas el registro que se espera que produzca Brasil en término de contaminación sería cerca de 13 veces mayor que el de Alemania 2006.Para el último campeonato mundial, disputado en Sudáfrica, se previeron registros similares a los de Brasil. Pero finalmente el resultado fue bastante menor: 1,65 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, según estimaciones de Naciones Unidas.“Es un poco difícil saber hasta qué punto efectivamente están trabajando en la reducción (de la contaminación)”, señaló Beatriz Kiss, especialista de la Fundación Getulio Vargas, en San Pablo, con relación a las promesas del gobierno de Dilma Rousseff de aplicar medidas para reducir el impacto ambiental.




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