ELDORADO. La Escuela 635 de jornada extendida de esta localidad pasó un día sin poder ofrecer la comida a los 270 niños que asisten a diario porque se quedó sin gas.Afortunadamente, y luego de que los docentes de esta casa dieran a conocer la situación en la localidad, la Cooperativa de Electricidad de Eldorado (Ceel) proporcionó un cilindro de 45 kilos. Así, ayer pudieron retomar la actividad de la cocina y dar de comer a los niños. “El secretario de Gobierno municipal se acercó a primera hora, buscamos la forma y llegamos al acuerdo con la cooperativa de electricidad. Tenemos el tubo de 45 kilos. No sabemos cuánto nos va a durar porque no tienen medidor”, indicó Antonio Ortiz, protesorero de la cooperadora escolar, a PRIMERA EDICIÓN. En una escuela que tiene clases de 8 a 16, como son las de modalidad extendida, el almuerzo es imprescindible y forma parte de las actividades de la jornada. Los niños ingresan temprano y tienen clases, luego almuerzan y a la siesta asisten a talleres deportivos y recreativos. Por ende, la ausencia del alimento modifica todo el cronograma de actividades. Así fue que el miércoles, al ver que no sería posible preparar la comida, los directivos señalaron a los alumnos que tendrían que irse a almorzar a sus casas. En ese momento, los docentes y miembros de la cooperadora escolar empezaban a pensar cómo resolver el problema.Una actitud ejemplarEl miércoles, mientras los docentes y miembros de la cooperadora estaban reunidos en la dirección para ver cómo resolver la situación, se acercó un estudiante y pidió permiso para ofrecer su ayuda: “Maestra, yo tengo 110 pesos ahorrados en monedas, mañana (por ayer) voy a traer para poder comprar el gas”, dijo el niño, preocupado por la situación. “Nos dejó sorprendidos, es un ejemplo de solidaridad y debería ser imitado por varios”, indicó Ortiz, aún emocionado al recordar el gesto de un niño a cuya familia no le sobra el dinero, pero que, a pesar de ello, está comprometido en colaborar con una necesidad comunitaria.Un esfuerzo de todosAntes trabajaban con gas a granel, que es un tanque más grande; costaba 400 la carga y 460 el flete. La carga de la garrafa de 45 cuesta 450 pesos. El precio de la recarga -seguramente será más de una por mes, ya que cocinan diariamente con dos ollas de 50 litros- se sumará a los 2.100 pesos de gastos fijos que tiene la escuela mensualmente. Estas erogaciones se destinan a pagar un pequeño sueldo a la cocinera y para comprar elementos de limpieza, entre otros. “Todos los meses hacemos venta de pollos, rifas, lo que se pueda para poder juntar esa plata. Y con esto sólo podemos cubrir lo básico y no atender temas pendientes, como limpiar el techo -al que ya le está creciendo una planta de pino arriba-, reparar cañerías u otras cosas”, dijo Ortiz. La escuela es de Plan Quinquenal y fue fundada como jornada completa alrededor de 1950, durante el Gobierno peronista. Lógicamente, con el paso del tiempo van apareciendo fallas en su estructura, que la escuela intenta arreglar como puede. “Los dos porteros que tenemos apenas alcanzan a limpiar las aulas, pasillos y baños, porque es una escuela grande. Además, ellos tienen algunos problemas de salud, por lo que no podemos pedirles que se suban al techo a limpiar”, explicó el representante de la Cooperadora. Parar la ollaSi bien la escuela logró salir del paso esta vez, hay que destacar que para lograr que todos los días los niños puedan tener el plato de comida se debe hacer un gran esfuerzo, ya que el dinero para comprar los víveres llega atrasado. Son muchas las personas que de buena voluntad colaboran con ello, en una especie de juego de malabares. Por un lado, de las dos cocineras que trabajan, sólo una cobra un sueldo. La otra recibe una colaboración que junta la Cooperadora. El pago es mínimo si se tiene en cuenta que esta mujer trabaja de lunes a viernes.Otro que aporta lo suyo es el proveedor: “Nos hace el aguante para que le paguemos cuando llegue el cheque desde el Consejo (General de Educación), que llega muy atrasado”, señaló Ortiz. En efecto, a dos meses de iniciadas las clases, las escuelas recién están recibiendo remesas de finales del año pasado.“Nos mandan entre 6 mil y 8 mil pesos, pero nunca sabemos cuánto ni cuándo va a llegar. Y cuando llega el cheque y vamos a pagar a nuestro proveedor que nos hace el aguante, tenemos que pagar los precios actualizados, y entonces no nos cierran los números”, indicó Ortiz.





Discussion about this post