POSADAS. Los comerciantes afirman que el consumo del pollo en los hogares misioneros “hace mucho dejó de ser una alternativa”: hoy es uno de los productos más demandados para elaborar cualquier plato durante toda la semana porque, evidentemente, la gente lo adoptó en gran parte por la economía a partir de su precio.Tampoco ha registrado gradualmente un aumento muy significativo en los últimos meses, como sí lo sufrió el precio de la carne y, a la hora de comprar, hace una diferencia para el cliente. Hoy el kilo del pollo (fresco y congelado) no supera los 20 pesos en cualquier comercio o carnicería de la ciudad. Si hay que remontarse a dos años atrás, el kilo rondaba los 10 y 12 pesos, lo que representa un aumento no superior al 50% hasta la fecha, mientras que la carne roja superó en más del 200% la inflación en el mismo lapso, según recordaron los carniceros.“Dentro de los últimos meses (mayo del 2012), el mercado se mantuvo muy especulativo y quieto. Todo eso hace que la oferta sea superior a la demanda y, al no haber exportación, el precio (de la carne roja) se tenía que acomodar. Acá se manejó con mucho tacto el tema de la carne, venimos manteniendo los volúmenes de hace tres años y también viene en aumento el consumo del pollo por una cuestión de valores”. Así se expresó ante este diario un reconocido empresario frigorífico de la provincia, que desde hace unas semanas reconoció las diferencias de ventas entre ambas carnes. “El precio del pollo no subió lo que subió la carne. Históricamente estaba a la mitad del precio de la carne y sigue de esa manera. Se sigue vendiendo muchísimo diariamente. Y le está igualando al consumo per capita de carne”, según aseguró César Valdez, propietario del Hipermercado del Pollo, de Posadas.“El consumo del pollo está integrado en la dieta de los hogares argentinos”, confirmó el comerciante consultado por PRIMERA EDICIÓN. Detalló la forma en que se fue optimizando la oferta de este producto en el mercado, tanto para atraer al cliente como para garantizar la calidad de la mercadería que se está ofreciendo. “Hay pollos frescos y congelados. Allí es donde varía el precio del producto. El congelado tiende a ser más barato. El fresco tiende a ser más caro porque justamente es fresco y nuevo”, explicó. Evidentemente, hubo una apuesta del sector comercial en la provincia en este rubro, porque de un tiempo a esta parte se instalaron plantas procesadoras en algunas localidades del interior y en la capital, que no han bajado su demanda hasta la fecha.




Discussion about this post