NUEVE DE JULIO. Una cinematográfica persecución tras el hurto de una motocicleta terminó con un joven herido a balazos, después de que el propietario del rodado siniestrado abriera fuego en un intento por hacer “justicia por mano propia”. Tras “bajarlo” del rodado a “plomazos”, regresó y se entregó a las autoridades.PRIMERA EDICIÓN pudo saber que la dramática persecución duró largos minutos y se extendió por un trayecto de 100 kilómetros, siempre sobre la ruta provincial 17, que recorre la provincia desde el río Paraná, en el oeste, hasta la frontera seca con Brasil, en el este. Es decir, desde Eldorado hasta Bernardo de Irigoyen. La alarma se encendió alrededor de las 6.30 de ayer, cuando un transeúnte dio aviso a la comisaría de Nueve de Julio -a unos diez kilómetros de Eldorado- sobre el hallazgo de dos jóvenes heridos, acostados sobre el trazado de la mencionada arteria, a un costado de una motocicleta Honda Tornado de 250 cilindradas.Enseguida arribaron a la escena efectivos de esa dependencia, quienes encontraron a un joven de 18 años con dos lesiones de arma de fuego -en una pierna y en un brazo- y a un adolescente de 17 con raspones y cortes producto de la caída del rodado. El caso parecía por demás confuso, pero los policías entrevistaron al menor de edad y entonces pudieron entender lo que había sucedido.Según les contó, todo comenzó minutos después de las 5 en Bernardo de Irigoyen, cuando el joven y un presunto cómplice hurtaron la Tornado a un vecino de la localidad pensando que no habían sido descubiertos. Sin embargo, el dueño de la Honda los vio y, a bordo de un automóvil Renault Sandero, comenzó a seguirlos.Se inició entonces una dramática persecución a toda velocidad por la ruta provincial 17, caracterizada por sus cerradas curvas y contracurvas entremezcladas con pronunciadas pendientes.Así fue durante casi 100 kilómetros, hasta llegar al kilómetro 21 de la mencionada ruta, en jurisdicción de Nueve de Julio. En ese lugar, el propietario de la moto dio alcance a los presuntos delincuentes y abrió fuego en reiteradas oportunidades.Dos de los impactos dieron en el joven de 18 años. Uno de los proyectiles ingresó en el muslo y quedó alojado. Otro le provocó lesiones en un brazo: le produjo orificios de entrada y salida. Aunque fuera de peligro, permanecía internado anoche en la terapia intensiva del Hospital Samic de Eldorado.Sobre el adolescente, se supo que no fue alcanzado por las balas, aunque sufrió lesiones producto de la caída de la motocicleta. El muchachito les dijo a los uniformados que él no tenía nada que ver y que el cómplice del robo había sido otro joven que se fugó de la escena en otra motocicleta. Ese testimonio es más que dudoso y ahora la Policía lo investiga. Lo cierto es que los dos sospechosos son oriundos del barrio Antiguo Centro de Eldorado.Tras la balacera, el hombre de la Sandero regresó a Bernardo de Irigoyen sin siquiera reparar en su motocicleta. Ya en esa localidad, se entregó a las autoridades. Dijo que se trató de “una noche de furia”.





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