PUERTO IGUAZÚ. Por su cercanía con Foz de Iguazú (Brasil), el hospital Samic de esta localidad se convirtió en una suerte de centro de referencia de accidentes con gusanos venenosos, entre los que se encuentra la taturana (Lonomia obliqua), cuyo contacto puede provocar la muerte de la persona afectada. En los últimos días, fueron derivados a este nosocomio tres pacientes con síntomas sospechosos de envenamiento por taturana, pero sólo en uno de los casos se confirmó que se trataba de esta larva venenosa, en una adolescente de 17 años de Pozo Azul.Según indicó la vicedirectora del hospital, Raquel Matkoski, esta adolescente de Pozo Azul ya recibió el antídoto contra la taturana producido y enviado por el Instituto Butantan de Brasil. La joven evoluciona satisfactoriamente. En tanto, según precisó Matkoski, “los otros dos casos se confirmaron que los pacientes no estuvieron en contacto con taturanas, sino otro tipo de larvas de menor importancia”. Aclaró que “los casos vinieron de afuera pero no olvidemos que somos zona subtropical y puede haber por acá también. Es la época de otoño que suelen migrar y se agrupan en árboles de mandarina, pomelo, naranja”.Trabajo conjunto con el Inmet Los pacientes son trasladados al nosocomio local debido a que deben importarse los antídotos y se recurre a la vecina localidad fronteriza de Foz de Iguazú. “Traemos antídoto de Brasil porque estos accidentes con taturanas no son algo común en el país (hasta ahora, sólo ocurren en Misiones) y es muy costosa la fabricación del suero. Todas las veces que tuvimos casos, conseguimos los antídotos”, aseguró Matkoski.Indicó que, ante estas situaciones, los profesionales médicos trabajan en conjunto con los biólogos del Instituto de Medicina Tropical (Inmet), el cual está bajo la dirección de Ricardo Salomón.“Si estamos ante la duda mandamos al Inmet donde los biólogos analizan y en una hora ya nos avisan que es. El gusano es fácil de reconocer pero hay que verlo una vez para reconocerlo, es peludo pero sus pelos son como pinitos”, explicó.La lesión que produce este gusano venenoso en la piel es irritante y da sensación de quemazón, hay que consultar al médico y tratar de llevar la muestra. Generalmente se encuentran en árboles frutales y en grupo de varias larvas.El licenciado en Ciencias Biológicas, Sergio Casertano, del Instituto Nacional de Medicina Tropical (Inmet), indicó que existen varios tipos de larvas que producen picazón y quemazón, pero la taturana es la que produce los daños más serios, con cuadros hemorrágicos. “A los pacientes los internamos, hidratamos y le depositamos el antídoto. A veces se sienten bien, no presentan síntomas, pero el veneno actúa a través de la sangre y hay que tratarlo”, afirmó la médica.





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