SANTO PIPÓ. Una vieja disputa entre vecinos acabó de la peor manera en la tarde del último sábado, cuando un nuevo pleito entre ambos terminó con uno de ellos ultimado de por lo menos tres puntazos por el otro.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, quienes revelaron que en las últimas horas efectivos de la comisaría de Santo Pipó buscaban intensamente al autor del hecho, un joven de 27 años.Las autoridades identificaron a la víctima como Catalino Ortellado (46), de nacionalidad paraguaya, quien no tenía familiares en el país y cuyos demás datos personales se ignoran.Alrededor de las 18 del último sábado una llamada anónima alertó a los efectivos de guardia de la dependencia antes mencionada sobre la presencia de un hombre gravemente herido en el barrio Mielín.Enseguida, una comisión de uniformados partió a toda velocidad hacia el complejo habitacional, emplazado a unos tres kilómetros del casco urbano, en dirección al río Paraná, cerca del antiguo trazado de la ruta nacional 12.Cuando llegaron, los policías confirmaron que la denuncia no era un juego. En el suelo, sobre un charco de sangre y sin vida hallaron el cuerpo de Ortellado. El médico policial no tardó en informar que el hombre había recibido por lo menos tres puntazos, dos de ellos en el estómago y un tercero en la espalda.Ante esta situación, los uniformados comenzaron a recolectar información al respecto. Mediante el testimonio de testigos pudieron construir una primera hipótesis acerca de lo que ocurrió.Al parecer, Ortellado mantenía un pleito de vieja data con un vecino suyo de 27 años, quien responde al apodo de “Fede”. Los cruces verbales entre ambos por motivos desconocidos pero claramente vinculados a cuestiones “de barrio” eran moneda corriente. Así se habría iniciado una nueva discusión en la tarde del sábado, aunque esta vez los ánimos se caldearon más que de costumbre y entonces el joven habría tomado un cuchillo de tipo casero con el que apuñaló al hombre de nacionalidad paraguaya hasta quitarle la vida.Con estos datos, los policías de Santo Pipó montaron un extenso operativo con colaboración de sus colegas de las otras comisarías de la zona, con el objetivo de detener al sospechoso, quien luego del crimen escapó hacia el anonimato.Hasta anoche no se habían registrado resultados positivos, aunque las autoridades mantenían la esperanza de arrestar en las próximas horas al principal sospechoso.




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