POSADAS. Falleció ayer el reconocido profesional médico Gerardo Cáceres Zorrilla, a causa de una afección pulmonar que no pudo sortear, y hoy lo despiden con una ceremonia familiar en el cementerio La Piedad. El oftalmólogo nació en Asunción (Paraguay) el 8 de julio de 1934, pero eligió Posadas para desarrollarse como profesional y disfrutar de su familia. Se casó con Norma Barrios, con quien tuvo cinco hijos que le dieron doce nietos. Se recibió de oftalmólogo en la Universidad Nacional de Asunción y realizó posgrados en distintas universidades de Alemania, Estados Unidos y España. Actualmente dirigía la Clínica de Ojos que lleva su nombre y -como solían decirle- haría falta toda una biblioteca para glosar el currículum, los conocimientos y los logros profesionales de Gerardo Cáceres Zorrilla, pues hasta el año pasado siguió asistiendo a los congresos de su especialidad, tanto en Alemania como en los Estados Unidos, donde incluso fue invitado ya como disertante. Fue el primero en traer a Misiones conocimientos tan avanzados sobre la oftalmología como la operación de cataratas con lente intraocular, algo que hoy resulta común pero que en los años 70, y mucho antes también, era como un milagro poder volver a ver porque la gente se quedaba ciega hasta que se descubrió esa técnica. Y, como prácticamente con todas las nuevas alternativas, los avances tecnológicos y de investigación, Cáceres Zorrilla lo dominaba, como lo sigue haciendo su hijo Gerardo Cáceres Barrios. Cáceres Zorrilla no se fue sin dejar un legado escrito: “Relatos de una vida antes de Internet”, un libro en el que el profesional relata precisamente su vida desde pequeño, logrando recopilar toda su historia y convertirla en un increíble documento que entremezcla el humor, las vivencias personales y la dedicación total y entera a su formación. En esas páginas, de cuyo lanzamiento fue partícipe PRIMERA EDICIÓN, se revela además como un filósofo de la vida, volcando toda su experiencia a partir de horas de conversaciones llevadas a cabo con la periodista Rosanna Toraglio, quien lo acompañó en ese proyecto.





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