POSADAS. El adolescente de 16 años, detenido por el homicidio de Luis Roberto Cabral, declaró ayer ante la Justicia y dijo que “vio un extraño que disparó”, en medio de la oscuridad y contra la víctima. De esta manera el menor se declaró inocente y alivió la situación procesal de su madre, quien está sospechada de apretar el gatillo, revelaron fuentes del caso. El jovencito fue arrestado el martes 15 de abril pasado al mediodía. Horas antes su progenitora lo incriminó en la causa y lo señaló como responsable de la muerte de quien fuera trabajador de Emsa.Esta situación llevó al defensor del chico a solicitar una declaración indagatoria. Lejos de mostrarse rencoroso por los dichos de la mujer que lo trajo al mundo, el menor la “despegó” de las acusaciones al decir ante el juez de Instrucción que sigue la causa, Fernando Verón, que “vio a un extraño que le disparó a Cabral”, agregó la misma fuente.Es que la situación procesal de la mujer se complicó cuando la prueba de parafina, si bien orientativa, la sindicó como principal sospechosa de haber disparado la pistola nueve milímetros. El balazo impactó en la nuca de la víctima, que se desplomó inerte en el patio posterior de su casa, ubicada sobre la calle 113, a unas dos cuadras de la avenida Quaranta, al sur de la capital provincial. Cuando la Policía llegó a la escena, el último viernes 11 de abril alrededor de la 1.30, su pareja, de 37 años, y los dos hijos mayores de esta -un adolescente de 16 y una joven de unos 19- sólo atinaron a decir que el hombre había perdido la vida en un enfrentamiento armado con un ladrón. Al requisar la vivienda, los efectivos hallaron en un cajón de la cocina, una pistola nueve milímetros con capacidad para 15 proyectiles, pero que tenía 13 en el cargador y uno en recámara. Enseguida se ordenó un examen de parafina que arrojó resultados positivos sobre la mujer. Con el transcurrir de las horas se confirmó además de que la pistola resultó ser efectivamente el arma homicida.Un plan macabroDatos y testimonios colectados por la policía, con vecinos y otros testigos, dan cuenta de una hipótesis que de momento, provoca escalofrios. Al parecer la mujer les había confiado a algunos vecinos que había engañado al dueño de casa y que el hombre se había enterado de la situación. Se cree que Cabral habría decidido acabar con la relación y echar a la mujer y sus tres hijos de la casa. Entonces se presume que, desesperada al no tener dónde ir junto a sus tres hijos, la sospechosa comenzó a idear un plan para acabar con la vida de su pareja y quedarse con la casa de la calle 113. La llegada de su cuarto hijo -el adolescente de 16- desde Buenos Aires días atrás habría sido determinante para llevar adelante ese objetivo.Por eso, en la madrugada de aquel viernes la concubina habría fingido el robo y plantado la pistola calibre .22 que se encontró a un costado del cadáver, intentando simular el enfrentamiento armado con el supuesto delincuente. Pero al contrario, las pruebas balísticas afirmaron que ese arma no fue disparada, si la que luego hallaron los pesquisas en la cocina. Otra versión habla de una posible pelea entre el joven y el padrastro, en la que la mujer habría intervenido efectuándole un tiro en la nuca al jubilado. El caso sigue desvelando a los investigadores y por el momento está a cargo del magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas.La sospechosa, oriunda de Cerro Corá, permanecerá detenida al igual que el adolescente. Se aguardan además resultados de pericias de absorción atómica, para determinar fehacientemente quien de los dos apretó el gatillo.





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