APÓSTOLES. Como desde hace muchísimos años, la Capital de la Yerba Mate se aunó en costumbres y tradiciones, más allá del origen de cada habitante, y prácticamente todo el pueblo se dio cita, el sábado al caer la tarde, en las puertas de la iglesia San Pedro y San Pablo, con una canasta que más que alimentos contenía aquellos sentimientos que trajeron los abuelos desde el Viejo Continente y que dejaron impregnados en cada ser.Es que en esta unidad biogeográfica que combina dos biomas fácilmente distinguibles, que regalan características particulares al terreno; hombres, mujeres y niños fueron levantando, en muchos casos sobre los mismos cimientos dejados por los guaraníes, sus viviendas, mientras apaciguaban el dolor del desarraigo con ritos traídos desde sus pagos, y la bendición de los alimentos es una muestra evidente de ello, por eso siempre aparecen en los canastos una flor, un pan polaco, una paska (pan arrollado salado), un chorizo casero, carne de lechón asada al horno y huevos decorados, que encuentran mayor relación porque la cocina ucraniana y la polaca son muy similares, el borsch, los varenikes o pierogi, las conservas con mucho eneldo y los dulces caseros, con uno u otro nombre, no pueden faltar en los menúes.En “De Ucrania a Misiones” Snihur escribió: “Un siglo puede parecer un tiempo largo, que inspira cierto temor al hombre ante la evidencia de que lo excede en su existencia. Pero históricamente es ínfimo, un instante fugaz. En realidad, estamos tan cerca de aquel grupo que llegó el 27 de agosto de 1897, que podemos sentirlo con toda su pesada carga de sensaciones y sentimientos en nuestra conciencia colectiva”; y sus palabras encuentran cabida en cada Semana Santa, cuando sin importar la ascendencia todos marchan a la iglesia San Pedro y San Pablo.Más allá del pasar de los añosCómo permanecieron en el tiempo todas estas costumbres, quién sabe, tal vez porque “perduraron por su simplicidad y por su autenticidad, estos polacos y ucranianos eran muy creyentes, rezaban con devoción y cantaban con mucha emoción esas canciones tristes y sentidas que aún perduran y se las escucha en algunos velorios o casamientos, la bendición de los alimentos en Semana Santa se arraigó de tal forma que les permitió combatir el desarraigo, aunque parezca o suene como un juego de palabras; la gente tiene esa necesidad imperiosa de creer en algo, está por ejemplo la historia de la Cruz de los Milagros para reafirmar y sustentar mis aseveraciones y además las innumerables capillitas y cruces en las esquinas de las chacras, este sufrido pueblo fue muy sentimental, por qué perduran, solamente Dios lo sabe, por qué se arraigaron tan fuerte, porque nuestros colonos trajeron en sus vacías alforjas una carga de fe tan grande que los mantuvo de pie y les permitió sobrevivir a cuantas dificultades se presentaron, por eso la mayoría de esas tradiciones están vinculadas con lo religioso”, describió Zajaczkowski, quien hace muy poco presentó el libro “Historias, mitos y leyendas urbanas de Apóstoles”.No sólo alimentosEn los canastos no faltaron “la Paska (pan de Pascua), elaborada con harina blanca, mucho huevo y aromas dulces, simbolizando al Jesucristo verdadero, por eso se la decora con una trenza que la abraza, que representa la corona, y el símbolo de la cruz que nos lo recuerda. Además, con masa se arman las letras ‘X B’, que indican que Cristo ha resucitado”, según comentó la hermana Feyeka.Además de huevos duros coloreados y ornamentados, emblema de la resurrección de Jesús; queso, que recuerda la moderación en la conducta que todos los cristianos deben conservar en todas las circunstancias de la vida; jamón, manteca, y no faltó sal, un condimento esencial que recuerda el deber como seguidores de Cristo; y rábano picante, que se ralla con remolachas hervidas, pues “la amarga dulzura de este platillo simboliza los sufrimientos del Señor para nuestra salvación”, detalló Feyeka. Días para dedicar al Señor JesúsDiferentes actividades recreativas se llevaron a cabo por Semana Santa, incluyendo recorridos turísticos por diferentes iglesias de la zona, ferias de platos típicos de las colectividades y venta de productos regionales en la Casa del Mate. Así, el jueves Santo se efectuó un recorrido turístico gratuito por el denominado “Circuito Religioso”, visitando las distintas iglesias de la ciudad (Santísima Trinidad, San Pedro y San Pablo y la capilla “Cruz de Los Milagros”). Además de una excursión y recorrido al templo Ortodoxo Ruso, de Tres Capones.El sábado fue el momento de la “Feria de platos típicos de las colectividades para Semana Santa”, que contó con una exposición de trajes y objetos tradicionales y venta de platos típicos y para bendecir en las ceremonias. Asimismo, en la Iglesia Santísima Trinidad fue incesante la visita de fieles a acercarse a la Santa Sábana, de la que hace poco la artista Susana Rendón restauró varias piezas con imágenes religiosas que se encontraban deterioradas por el tiempo. También los cursosComo todos los años, también se realizaron los cursos de trenzado de palmas de la palmera yataí, a los que asistieron jóvenes y personas mayores sumamente interesados en aprender esta técnica sencilla.





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